Alfa Romeo Giulia: seducción y asalto a los sentidos

Un alto porcentaje de las bellezas con ruedas de este mundo provienen de Italia, eso no se discute; pero los alemanes nos habían acostumbrado a su dominio en sedanes deportivos. Hasta ahora...

Alfa Romeo Giulia

ALFA ROMEO: DESTACADA MARCA ITALIANA

Se dice que si alguien se considera un verdadero entusiasta de los autos, tiene que poseer, al menos alguna vez en la vida, un Alfa Romeo. Y si tienes el Alfa Romeo Giulia, ya estás del otro lado.

Quizá sea demasiado afirmarlo de manera tan terminante, pero es evidencia de lo importante que es esta marca italiana, con un pasado espectacular y profundamente ligado a la historia del automóvil y del deporte motor.

Desde 1911 hasta bien entrados los años 70, entre los protagonistas de las categorías más importantes estuvo presente algún Alfa Romeo. Sus autos de calle siempre han llevado esa herencia “racing” al alcance de quien los conduce día a día.

Alfa Romeo Giulia

DISEÑO SOBRESALIENTE

Si hablamos de diseño, Alfa Romeo ha producido autos increíbles como el sublime Giulietta Sprint y su gemelo descapotable, el Giulietta Spider; el atractivo Spider 1600 Duetto que acompañó a Dustin Hoffman como El Graduado a visitar a la Señora Robinson; el GTA o el Tubolare Zagato de los sesenta.

Con cientos de victorias deportivas durante el siglo XX, el nuevo Alfa Romeo Giulia es un destilado de toda esa historia. Cuenta con elementos tecnológicos del más alto nivel y la colaboración de Ferrari en el desarrollo de la versión más poderosa: el Quadrifoglio, un emblema que sólo lo portan los Alfa Romeo más deportivos.

Alfa Romeo Giulia

QUADRIFOGLIO, UNA LEYENDA

La historia del Quadrifoglio –o trébol de cuatro hojas– comienza con el piloto Ugo Sivocci, amigo de Enzo Ferrari desde 1919.

Sivocci era frecuentemente rápido, pero el triunfo lo eludía, de modo que se hizo de la reputación de tener mala suerte. Dispuesto a probar todo para quitársela, añadió a su Alfa la imagen de un trébol, efigie de buena fortuna, para la carrera Targa Florio de 1923.

También te puede interesar: Revolution vivió a fondo las 6 Horas de México

Aparte de su innegable talento, trascendió en el folklor que el trébol le había ayudado a triunfar en la durísima Targa Florio. Así se estableció la leyenda del Quadrifoglio, que fue colocado dentro de un diamante de fondo blanco y cada una de sus esquinas representaba uno de los pilotos del equipo Alfa Romeo.

Trágicamente, Sivocci falleció más tarde ese mismo año durante las prácticas para el Gran Premio de Monza, Italia, para el cual fue removida una de las esquinas en honor a Sivocci y se convirtió en el triángulo que permanece hasta hoy.

El Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio ha superado en pruebas comparativas a muchos de sus rivales lógicos y demuestra que no es sólo un auto seductor a la vista, sino un completo asalto a los sentidos.

GIULIA QUADRIFOGLIO

La versión más poderosa del Giulia lleva ese emblema en sus salpicaderas frontales y por derecho propio, ya que se trata de una espectacular pieza de ingeniería. Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio está equipado con un V6 biturbo, derivado directamente del que impulsa al Ferrari 488 GTB, menos dos cilindros, por supuesto.

Sus 505 caballos de fuerza impulsan a las ruedas posteriores, una de las credenciales primordiales de un sedán deportivo. En este caso, las avanzadas suspensiones y sistemas de asistencia al conductor lo hacen un devastador devorador de caminos por vocación y altamente seguro. La transmisión es definitivamente purista: una caja de cambios manual de seis relaciones desarrollada por el especialista alemán Getrag.

Los 100 kilómetros por hora se alcanzan en tan sólo 3.8 segundos y ya ha demostrado sus cualidades al completar la vuelta al cruel circuito alemán de Nürburgring en 7 minutos 39 segundos.

La batalla contra el sobrepeso ha sido total: los paneles exteriores de techo, cofre y el eje de mando están hechos de liviana fibra de carbón y numerosas partes de la suspensión y las pinzas de freno están hechas de aluminio. Esto ayuda a una perfecta distribución de peso de 50% para cada eje y el delicado balance que resulta de esto.