Audemars Piguet presenta un nuevo Royal Oak Double Balance Wheel Openworked

Este Audemars Piguet de dos volantes viene en caja y brazalete de cerámica negra. Incorpora algunas actualizaciones estéticas que solo invitan a desearlo.

Audemars Piguet

Para cerrar el año (supongo, ya no quedan tantos días) de una manera tan notable como imponente, Audemars Piguet nos regala una nueva versión del Royal Oak Double Balance Wheel Openworked, ahora con caja y brazalete en cerámica negra y con algunas actualizaciones estéticas que complementan esta fascinante propuesta de alta relojería.

El reloj presenta ahora una apariencia furtiva pero dinámica, toda vez que las superficies centellean ante la alternancia de los finos satinados y pulidos de sus superficies. La caja en cerámica negra de este Royal Oak proporciona un moderno marco para la rediseñada carátula calada ennegrecida y el mecanismo de doble volante.

Esta innovación patentada mejora la precisión y la estabilidad del reloj. Al incorporar dos volantes —con sus respectivas espirales— en el mismo eje, el sistema oscila en perfecta sincronía y maximiza la precisión del reloj.

Antes de abundar en la configuración de doble volante de este nuevo Royal Oak, repasemos brevemente la importancia del volante. El volante es el “corazón” que da vida a los relojes mecánicos. Esta rueda se balancea hacia adelante y hacia atrás porque está unida a una espiral elástica, usualmente metálica, aunque ya hay en otros materiales amagnéticos. La mayoría de estas espirales están fijadas en su centro de la espiral, y en el extremo exterior al volante. Debido a estos dos puntos finales inamovibles, el ensamble tiende a colgarse o hiperextenderse (por causa de la gravedad y de los movimientos bruscos), provocando una deformación de la forma circular, descentrándolo y alterando la constancia de su amplitud de oscilación. Para minimizar este efecto, pueden emplearse volantes apilados que comparten una espiral, que usualmente es cilíndrica. Los dos volantes se reparten la afectación mecánica sobre el sistema, promediando así los errores en la tasa de oscilación y procurando una mayor precisión.

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Empero, la solución de la maison de Le Brassus mejoró este sistema por medio de dos volantes con sus respectivas espirales, en lugar de compartir una sola. En 2016, en el Salón Internacional de la Alta relojería de Ginebra (SIHH, por sus siglas en francés, y hoy renombrado Watches & Wonders), AP introdujo el Royal Oak Double Balance Wheel Openworked, está equipado con dos volantes superpuestos cada uno con su propia espiral. Con los dos volantes significa que la inercia del regulador se duplica, lo que promete un cronometraje más estable ya que un cuerpo con mayor inercia tiene más probabilidades de mantener su oscilación imperturbada, independientemente de los golpes y del constante “jalón” de la gravedad.

Más allá del novedoso diseño del regulador —que no pocos consideramos tan interesante o más que un tourbillon— , el resto del calibre 3132 es semejante al cal. 3120 de Audemars Piguet que equipan muchos Royak Oak automáticos, con su rotor bidireccional y frecuencia de 21,600 alternancias por hora (3 hercios). Pero sí hay una diferencia: el sistema de doble volante requiere de más energía para latir, así que la reserva de marcha del nuevo Royal Oak Double Balance Wheel Openworked es de 45 horas, en lugar de las típicas 60 del 3120.

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El reloj conserva la mayoría de los elementos del Royal Oak Double Balance Wheel Openworked de 2016. La caja mide 41 mm de diámetro y presenta el bisel octogonal con ocho tornillos dorados en la parte superior. El perfil relativamente delgado de 9.7 mm merece destacarse, junto con el resto de sus rasgos clásicos: la corona hexagonal atornillada y la alternancia de superficies cepilladas y acentos pulidos de la caja de cerámica, y el fondo de la caja de titanio. Estéticamente, el calibre 3132 se ha puesto aún más guapo gracias al bello puente de oro que sostiene el regulador.

El uso de la cerámica para el Royal Oak no es nuevo, pero tampoco es sencillo de trabajar. Para mantener el mismo estilo en el terminado que un reloj metálico, los Royal Oak cerámicos requieren una impresionante cantidad de tiempo para mecanizar y terminar a mano las piezas; baste con decir que el brazalete requiere de 30 horas de acabado, cinco veces más que para la versión de acero. En cuanto a los cambios menores que el nuevo reloj presenta con respecto de su antecesor, destacamos el reborde interior y su pista minutera en color negro, que hace juego con la caja. Las manecillas y los índices aplicados siguen estando ejecutados en oro rosa de 18k e incluyen material luminiscente. Como rúbrica final, la masa oscilante de oro rosa de 22 quilates del calibre 3132 es visible a través del fondo de la caja, que desde luego lleva un granado para anunciar que se trata de una pieza muy poderosa y especial.

Este fantástico nuevo Royal Oak Double Balance Wheel Openworked le va a dar pelea al igualmente nuevo Royal Oak Tourbillon en la lucha por conquistar a los entusiastas afines a la más fina técnica relojera. Lo bueno es que ya todos podremos compararlos en las boutiques de Audemars Piguet.

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