A pocas semanas de haber comenzado 2023, Cartier nos entrega el nuevo capítulo de otra de sus más grandes leyendas: el nuevo Tank Française. La nueva generación del cosmopolita reloj, nacido en 1996, trae de vuelta su diseño integrado con una caja monobloque que ahora se envuelve con proporciones más contemporáneas y se hace disponible en acero y oro amarillo, con o sin diamantes.
El Tank Française representa la revolución modernizadora del Tank, reforzando su presencia clásica, depurada y elegante a través de su diseño integrado. En el “tanque francés” (En francés, el reloj de pulsera es un sustantivo femenino, la montre, que al traducirlo al español se convierte en masculino: ‘francés’. NDLR), caja y brazalete se funden en una perfecta continuidad arquitectónica, anclada por la unión entre la caja con sus barras laterales elongadas a las que se adapta el eslabón articulado que soporta el fino brazalete metálico.
Con respecto al reloj original presentado en 1996, el nuevo Tank Française, de Cartier, presenta varios cambios notables.
Los brancards presentan una forma más redondeada, casi abombada; en el costado derecho, la corona se ha incrustado ligeramente para reducir la discontinuidad del perfil del reloj; como siempre ha ocurrido, los acabados combinan superficies pulidas y satinadas, pero para el nuevo Tank Française estas últimas son ligeramente más abundantes; la carátula plateada en todas las referencias presume de un acabado tipo rayos de sol; el brazalete fue rediseñado para hacerlo más flexible, con comisuras más finas; y el Tank Française en tamaño grande —disponible sólo en acero— porta un calibre automático.
Con motivo del lanzamiento, el nuevo Tank Française se presenta en siete referencias. La gama comienza con dos modalidades en oro amarillo de 18 quilates, una de ellas con diamantes engastados en los brancards. Ambos portan un movimiento de cuarzo. La misma fórmula se repite con los de tamaño mediano. El encanto continúa con las estupendas referencias en acero inoxidable, disponibles en tamaños pequeño, mediano y grande. Esta última equipa un calibre mecánico de cuerda automática. En todas las referencias, el reloj es impermeable hasta 30 metros de profundidad.
Icono de modernidad
El Tank Française original se presentó en el Salón Internacional de la Alta Relojería de Ginebra (SIHH, por sus siglas en francés) de 1996. Parecería normal suponer que desde hace mucho tiempo el Tank ha estado disponible con brazalete metálico, pero esto no es el caso.
A pesar de la generosa disponibilidad de estilos y referencias del Tank desde su origen, hace ya más de 100 años, el Française fue el primer Tank en emplear un brazalete de metal. Y lo que es más, esto ocurrió después de la introducción del Santos (1979) y del legendario Panthère (1983), ambos disponibles con brazalete. Luego entonces, siendo históricamente rigurosos, el concepto que dio vida al Tank Française fue la primera gran transformación del Tank desde la aparición de los numerosos estilos surgidos en la loca y artística década de 1930. Su nombre —Tank Française— fue un homenaje a la depurada estética francesa, atemporal y llena de detalles preciosos pero finos, así como al mismo Louis Cartier, creador del Tank clásico original en 1917.
La idea detrás del Tank Française original fue privilegiar las formas del reloj por encima de su función elemental (dar la hora). Para ello, el diseño integrado entre la caja rectangular y el brazalete tenía que seguir una estética fluida y continua en toda su composición, haciendo que la caja que alojaba el movimiento sirviera como un eslabón más del conjunto. Era imprescindible que estos trazos representaran una depuración y embellecimiento del diseño “básico” rectangular del Tank.
Como todo Tank, el Tank Française contaba con elementos visuales infaltables, como la escala tipo “chemin de fer” para los minutos y los numerales romanos. Y francamente, a un simple vistazo, un Tank Française no luce tan diferente de un Tank clásico. Es tras una segunda observación que las diferencias se tornan notables.
La primera de ellas son las barras laterales —brancards— que flanquean la caja. En el Tank Française, estas se extienden más allá de las dimensiones de la caja, por arriba y por abajo, para integrarse sutilmente y abrazar el ensamble del brazalete. Luego esta su forma, curvada, esculpida y redondeada, lo que le concede un aire más fino y sofisticado y, de paso, confirma la intención de hacer que el reloj con el brazalete se vea y sienta sobre la muñeca tan cómodo como una delicada joya.
A su lanzamiento, el Tank Française estuvo disponible en versiones de oro amarillo y oro con acero, acompañadas de un movimiento de cuarzo. Notablemente, al poco tiempo le siguió una variante “deportiva”, con cronógrafo. Congruente con el estilo de Cartier, el Tank Française estuvo disponible en tres tamaños para apelar a todos los gustos y tamaños de muñeca. Este último punto es un refuerzo de la filosofía de Cartier de crear arte para la muñeca liberado de intención y genero para que pueda ser disfrutado por todos.
Encuentro de generaciones
Como parte de la campaña de lanzamiento del nuevo Tank Française, Cartier creó un nuevo cortometraje y juntó a tres grandes luminarias para contar el nuevo capítulo en la historia del reloj.
El video, protagonizado por Catherine Deneuve y Rami Malek, y dirigida por Guy Ritchie, es un homenaje al cine y a la alegre creatividad de Cartier. Naturalmente, París y la Rive Gauche (banco izquierdo o sur) del río Sena, son los otros grandes protagonistas de esta pequeña historia que acompaña al nuevo Tank Française en su lanzamiento.
El filme relata una historia del azar, complicidad y de los giros del destino, y encuentra a los personajes de Deneuve y Malek en el puente Alexandre III. La comparsa conformada por los dos actores no solo aglomera dos generaciones que abrillantan en concepto atemporal y contemporáneo del Tank Française, sino que ensalza un par estilos opuestos que danzan bajo la dirección de Ritchie, para crear una expresión artística y desenfadada del savoire faire galo.
