¿Hay vida después de la muerte? El modelo Skull 48.8, de HYT, sigue la máxima filosófica: carpe diem. Este inconfundible reloj evoca de manera constante la importancia de disfrutar cada momento. Se sirve de líquidos para resaltar el paso del tiempo y centrarse en el poder del presente, el elixir esencial de la vida.

Esta hipnótica escenificación del flujo del tiempo está protagonizada por una calavera, a la que dan vida el módulo fluido patentado y el exclusivo calibre mecánico.

El líquido de color simboliza la reflexión sobre el tiempo pasado, mientras que su homólogo transparente imagina tímidamente lo que está por venir. El punto donde ambos confluyen destaca el valor del ahora.

Minutos a segundo plano

Los enormes ojos de la esfera del Skull 48.8 buscan intimidar e incitan los curiosos a reflexionar sobre cómo aprovechan su tiempo. Detrás del ojo derecho se esconde un disco rotativo de color oscuro, que se desvanece a un tono más pálido, con el fin de representar el incesante paso de cada valioso segundo. El impulso vital del tiempo adopta un papel principal, por lo que el recuento de los minutos pasa a un segundo plano y no es necesario incorporar su correspondiente aguja.

La luz y el color desempeñan un importante papel secundario en la obra dramática que evoca este reloj. Existen tres ediciones limitadas, que incorporan fluidos rojos, verdes y azules respectivamente.

Los tonos fluyen alrededor de la calavera para escenificar el transcurso de la vida. Asimismo, resaltan su gran fuerza de contraste con respecto al monocromático telón de fondo de la esfera galvanizada y la caja de titanio. Esta tensión, provocada de forma deliberada, resulta cautivadora visualmente. Además, actúa con un efecto de luz sobre las inconfundibles y modernas superficies grises de distintos acabados. Las correas de tejido gris, enmarcadas en una estructura a juego con el tono predominante, afianzan la fuerza del código cromático. Debemos vivir el presente.

Tiempo que fluye

HYT nació de una pregunta. El tiempo pasa y lo único que le otorga sentido son nuestras vivencias. Así pues, ¿por qué limitarnos a reflejar este transcurso del ahora, de forma aislada, mediante afiladas agujas o efímeras pantallas digitales, por muy bien que estas cumplan su cometido?

Convencidos de convertir su revolución en realidad, un grupo multidisciplinar de expertos se dispuso a crear relojes que unieran de forma manifiesta el pasado, el presente y el futuro. La respuesta de HYT es un reloj que supera las leyes de la gravedad, con el fin de indicar el paso del tiempo mediante líquidos. La tecnología puntera se inspiró en la filosofía, para reflejar la intrínseca fluidez del tiempo.

El resto es historia. Para ser exactos, todo comenzó hace 3,400 años con las clepsidras de los faraones, también conocidas como “relojes de agua”. Los denominados “ladrones de agua” transportaban h₂o de un recipiente a otro para medir el tiempo transcurrido o “robado”.

El mundo dio por perdida esta significativa representación del paso del tiempo hasta el año 2012, cuando HYT volvió a romper los moldes de la ciencia al inventar un reloj de pulsera que integraba un módulo fluido patentado. Un líquido de color da muestra del pasado reciente, mientras que uno transparente nos indica el futuro inmediato. Ambos confluyen en un menisco: «el ahora».
En la actualidad, HYT es un ecosistema que conjunta ciencia, alta tecnología, filosofía, arte y diseño. Con sede en Neuchâtel, ciudad ubicada en pleno centro de la región homónima, de gran tradición relojera, un dedicado equipo de 43 personas convierte el tiempo líquido en tiempo real. Sus innovadores relojes incorporan armoniosamente un movimiento de reloj mecánico que sirve de gatillo para activar el impulso del líquido. Dan sentido al tiempo, siempre.

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