Frederique Constant: un nuevo nivel de precisión

Frederique Constant da un gran salto en tecnología relojera con el Slimline Monolithic Manufacture.

Frederique Constant

Esta temporada, Frederique Constant presentó un nuevo reloj con un oscilador de silicio que late a un ritmo de 288,000 alternancias por hora, es decir, 40 Hz. Esto significa que el Slimline Monolithic Manufacture, que porta esta nueva mecánica, late diez veces más rápido que la mayoría de los relojes mecánicos.

Hoy en día, la gran mayoría de los relojes se regulan mediante un escape de palanca suizo y un volante. Muy pocos han mejorado este concepto funcional, probadísimo y universalmente aceptado. Ello nos da una idea de lo fascinante que es este nuevo desarrollo. Crear un nuevo tipo de oscilador significa innovar en serio dentro de una industria que mide sus avances en escalas de decenios, si bien le va. Para lograrlo, Frederique Constant ha utilizado una tecnología que no es nueva en sí misma, pero cuya aplicación en el ámbito de la relojería ofrece un potencial sorprendente: los mecanismos flexibles.

Los mecanismos flexibles — también conocidos como estructuras monolíticas o sin juntas— utilizan las propiedades elásticas de un material para afectar o emular comportamiento de un sistema mecánico. Estos componentes de una sola pieza, compactos y fabricados con precisión, sustituyen los ensambles multipieza. Al haber menos partes, la ausencia de acoplamientos mecánicos elimina contactos y fricciones, desgaste, necesidad de lubricación y desajustes.

Frederique Constant

La idea detrás del Monolithic fue sustituir el regulador tradicional por un oscilador monolítico de pivote de flexión que integra el áncora. El oscilador tradicional, compuesto por más de 20 componentes, se cambió por un oscilador de silicio de una sola pieza dotado de dos pesas de regulación que trabajan conjuntamente con la rueda de escape. El diseño integrado oscila con una baja amplitud de 6 grados (frente a los 300° habituales de un vo- lante normal) y alcanza una frecuencia alucinante de 40 hercios o 288,000 vibraciones por hora, diez veces más que un reloj típico.

Tal vez este sistema de mecanismo flexible le suene familiar. El Frederique Constant Monolithic no es el primero en usar un oscilador de flexión: el Parmigiani Senfine, el Ulysse Nardin Freak Next y el Zenith Defy Inventor son otros ejemplos que emplean esta solución. Evidentemente, el silicio es el material perfecto para elaborar un componente de tanta exigencia. El proceso de fabricación DRIE (grabado iónico reactivo profundo) permite producir formas diminutas y complejas. Y gracias a las propiedades del silicio, no se necesita lubricación, el
desgaste es mínimo, y es ligero y amagnético. El oscilador monolítico fue el resultado de un proyecto de desarrollo conjunto de tres años de duración entre los equipos de Frederique Constant y la empresa neerlandesa Flexous.

Frederique Constant
Frederique Constant

Para su revolucionario oscilador, Frederique Constant tuvo que desarrollar un nuevo movimiento capaz de hacer frente a la vertiginosa velocidad de su frecuencia. El resultado fue el movimiento automático FC-810, el 30º calibre de la marca. Para manejar la altísima frecuencia, el tren de engranajes tuvo que ser rediseñado y se le dotó de una cuarta rueda (en lugar de las tres tradicionales). A pesar de la frecuencia de 40 Hz, cuenta con una muy correcta reserva de marcha de 80 horas.

El primer modelo impulsado por este movimiento de superada frecuencia es el Frederique Constant Slimline Monolithic Manufacture. Presentado en una caja de 40 mm en acero y oro, el Slimline Monolithic muestra el lado clásico y tradicional de la relojería de la firma, con un diseño de caja y carátula que se ubica del lado clásico, con sus numerales romanos y manecillas Breguet. Sin embargo, la apertura en el dial a las 6 horas ofrece una vista del frenético oscilador de silicio. A las 12, un fechador por manecilla concede una moderna simetría a la pieza. Como cabría esperar de un movimiento que late a una frecuencia de 40 Hz, la marcha del segundero es un prodigio de «suavidad».

Al reverso, el fondo ofrece una vista del aparentemente normal calibre FC-810. La deco- ración es tradicional, con Côtes de Genève y perlage, y la masa oscilante está esqueletizada.

Por último, pero no menos importante, es que esta tecnología del Slimline Monolithic Manufacture se ofrece a un precio muy asequible (menos de 5 mil francos suizos para la versión en acero). Queda muy claro que el objetivo de Frederique Constant apunta a llevar a muchas personas este alarde de tecnología relojera revolucionaria y a mostrarse como una empresa de avanzada que no pierde de vista al consumidor exigente, que entiende y valora bien la misión de la firma: crear lujo alcanzable.

El Frederique Constant Monolithic Slimline Manufacture se ofrecerá primero en tres ediciones limitadas: 810 piezas en acero inoxidable con carátula azul, 810 piezas en acero inoxidable con dial plateado y 81 piezas en oro rosa de 18 quilates.

Te puede interesar:

Oro rosa para el Classic Worldtimer Manufacture, de Frédérique Constant

Frédérique Constant viste por primera vez de oro rosa al Classic Worldtimer Manufacture, en una exclusiva serie de 88 unidades con movimiento FC-718.