Publicado en diciembre 2020
Los valores que soportan la operación y reconocimiento global de Grand Seiko son de una fortaleza inconmensurable que se establece en una tradición esencial: honor y respeto por la naturaleza, personas, lugares, historias y valores. Cada uno de los relojes que emanan de los talleres de Grand Seiko porta un aura de gran brillo que consolida estas creencias. Y del mismo modo, cada reloj es un reflejo de su ambiente y del lugar donde lo vio nacer.
Grand Seiko es todo menos una manufactura convencional de alta relojería. Si bien la cultura horológica suiza suele enfocarse en las creaciones dentro del ámbito de la relojería mecánica, en Grand Seiko los relojes relucen por sus diversas propiedades; movimientos de cuarzo, mecánicos y Spring Drive coexisten —y son creados— en las mismas dos sedes de manufactura. Grand Seiko se apura a resaltar una palabra que envuelve esta gestión integradora y de alto valor: sinergia, cuya creación surge, de una manera fascinante, a partir de la rivalidad amistosa que surgió entre dos compañías: Daini Seikosha Kameido y Daini Seikosha Suwa. Los orígenes de esta conjugación, sentenciada hace seis décadas, desde luego que tuvieron su origen unos años antes.
Daini Seikosha de Kameido se estableció en 1937 como una operación independiente de la división de fabricación de relojes de pulsera de Seikosha, que se dedicaba principalmente a la construcción de marcatiempos de pared. Pero, durante la Segunda Guerra Mundial, la compañía se vio obligada a evacuar su sede de Kameido, Tokio. A la postre, la fábrica de Kameido fue devastada por los bombardeos aliados y no estaba en condiciones de fabricar relojes, incluso después del comienzo de la recuperación tras el final del conflicto bélico.
La fábrica Suwa de Daini Seikosha, uno de los sitios que habían sido evacuados, surgió como el conductor del negocio de relojes de pulsera. Al tiempo, la planta de Kameido fue reconstruida y la compañía contó con dos instalaciones funcionales para la producción de sus relojes.
Después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Daini Seikosha en Suwa se dedicó principalmente a la fabricación de relojes de pulsera para hombres con el claro barómetro de rendimiento de alta precisión. Allí se dio origen a históricos modelos, como Marvel y Crown, entre otros. En 1959, la fusión de Daiwa Kogyo, que fabricaba componentes de relojes, y Daini Seikosha Suwa, dio lugar al nacimiento de Suwa Seikosha, que lanzaría al mundo el primer marcatiempos Grand Seiko en 1960.
Es así que, a finales de la década de 1960, los relojes Grand Seiko se fabricaban en dos instalaciones, cada una con sus propios métodos, culturas y valores. Esta situación aparentemente conflictiva, sin embargo, tuvo una importante y duradera consecuencia. Generó una competencia entre los dos equipos que mejoraron el rendimiento, la calidad y el alcance tecnológico del Grand Seiko. Conforme pasaron los años, los mejores valores de cada instalación se fundieron para lograr una meta común: la creación de los relojes más finos.
En la actualidad, los relojes Grand Seiko se fabrican en dos instalaciones, separadas por unos 500 km: Suwa Seikosha es ahora Seiko Epson y fabrica modelos de cuarzo y modelos Spring Drive en la ciudad de Shiojiri, en la Prefectura de Nagano. Por otro lado, Seiko Instruments, continuando el trabajo de Daini Seikosha, construye marcatiempos mecánicos en Shizukuishi, en la Prefectura de Iwate. Es en esta región donde comienza a escribirse el primer tomo de los segundos 60 años de Grand Seiko que comienzan este 2020.
Shizukuishi: el nuevo centro de creación en Iwate
La relojería de Grand Seiko, que se ha hecho de un lugar muy especial entre los aficionados, opera en varias vertientes, siendo las principales la asociada con los movimientos Spring Drive y la que tiene que ver con la alta factura mecánica. En particular, todos los bellos relojes con sus corazones mecánicos y formas inspiradas en la naturaleza y la artesanía regional nacen en Shizukuishi, Prefectura de Iwate.
Esta región de Japón se caracteriza por la perfecta diversidad de ambientes que le dan vida. La abundante naturaleza de las montañas y la costa marítima de Iwate han constituido la base de una rica cultura regional desde hace muchos siglos: desde un culto muy especial a la naturaleza, numerosos festivales estacionales, danzas folclóricas, creación de instrumentos típicos y artesanías, e historias indígenas transmitidas por los antepasados, hasta los productos agrícolas y los mariscos del resiliente entorno natural. Cada elemento que hace rica esta región y su gente se ve reflejado en Grand Seiko en Shizukuishi. Así, bajo la imponente mirada del Monte Iwate (2,038 m) y sus colores estacionales, son creados cada uno de los relojes mecánicos de Grand Seiko. Este año, en el marco del 60 aniversario de la firma, esa operación de artesanía relojera en Iwate se vio enriquecido con el nuevo y moderno taller en Shizukuishi.
El 20 de julio pasado, dentro del marco de los festejos por los 60 años de Grand Seiko, la firma inauguró su nuevo estudio de creación horológica de Shizukuishi, relativamente cerca de las instalaciones Morioka Seiko Instruments que la firma opera también en Iwate, al norte de la isla de Honshu, la principal del archipiélago nipón.
Sólo los relojes mecánicos de Grand Seiko nacen en estas instalaciones en Iwate, enclavadas en una verde y variclimática región al norte de la gran isla de Honshu. Es este encantador ambiente el que también inspira la creación de las artísticas carátulas «Iwate» de los relojes, llamadas así por la cumbre escarchada del Monte Iwate que vigila la zona. Los numerosos contornos de las laderas de la montaña —visible desde el estudio de Shizukuishi— han quedado expresados en las carátulas de diversos relojes de Grand Seiko, comenzando con el SGBL001 de 2006. Si bien es fácil recordar la carátula «Copo de nieve» de Grand Seiko —una de las más gustadas y famosa—, la majestuosidad y encanto de la montaña también se expresa en otras referencias con carátulas de color marrón (en honor al otoño) y verde (para el verano temprano). Este detalle es uno de tantos que reflejan los valores creativos de los relojeros de la región.
Para la firma es de suma importancia la inauguración del nuevo estudio de Shizukuishi. Este lugar se convierte en la sede de los relojeros que ensamblan y ajustan los relojes mecánicos de Grand Seiko y, al tiempo, ofrecerá una mayor producción y más posibilidades creativas para los entusiastas de la marca. El estudio de Shizukuishi también albergará un espacio de exposición donde los visitantes podrán conocer las ideas, colecciones y personalidades que han dado forma y vida a Grand Seiko en las últimas seis décadas.
El nuevo estudio es un edificio de 1,975 metros cuadrados y desde él pueden verse las laderas del Monte Iwate. En todo el taller, es evidente la importancia del entorno natural de la instalación como inspiración para el Grand Seiko.
El estudio fue diseñado por el arquitecto Kengo Kuma, reconocido mundialmente por diseñar instalaciones que respetan el mundo natural. En 2009, Kuma resumió su filosofía así: «El lugar es un resultado de la naturaleza y el tiempo; creo que mi arquitectura es una especie de marco de la naturaleza. Con ella, podemos experimentar la naturaleza más profundamente y más íntimamente. La transparencia es una característica de la arquitectura japonesa; trato de usar la luz y los materiales naturales para obtener un nuevo tipo de transparencia». El estudio de Shizukuishi permitirá a los visitantes sentir la belleza de su entorno natural incluso desde el interior y está en elegante armonía con la filosofía de Grand Seiko: «la Naturaleza del Tiempo».
La relevancia del estudio de Shizukuishi para esta nueva etapa de Seiko es prominente. Como afirma Yokinori Rato, vicepresidente de Morioka Seiko Instruments, «el verdadero propósito del estudio de Shizukuishi yace en el desarrollo del recurso humano que se empareja a un empuje persistente que eleva la conciencia de cada miembro del equipo».
Examinando tanto los relojes como las historias de las dos sedes de Grand Seiko, surge una pregunta: ¿por qué Grand Seiko está tan apegado a sus lugares de nacimiento? Bueno, la labor relojera es muy intensa y requiere de una muy particular especialización, cuestión que requiere empeño y tiempo. Estos valores tienen sus raíces en el ámbito local y familiar. Así, cada manufactura de Grand Seiko captura talento dentro de su misma región, lo que resulta en que generaciones de una misma familia hayan sido parte de la empresa. Para Grand Seiko, la creación relojera es una cuestión de orgullo y pertenencia y es por esto que la compañía muestra tal respeto a las tradiciones locales y al entorno que les da vida.
Comencemos este recorrido horológico con tres modelos que van a dejar una indeleble marca en Latinoamérica con miras a consolidar la presencia y prestigio de Grand Seiko en el continente.
Relojería inspirada
Con base en los antecedentes históricos y culturales, es fácil determinar las características que envuelven a cada reloj Grand Seiko: el compromiso por la calidad, respeto por los valores de la casa, y un grado de innovación evolutivo, incesante, que pone a cada Grand Seiko a la par de sus contrapartes suizas.
A todo ello también se suma un afán perfeccionista que es explicado en su totalidad por los calibres de alta frecuencia de los relojes. Y uno de los mejores ejemplos lo hallamos en la referencia SBGJ201, perteneciente a la colección Grand Seiko Heritage, que combina una alta factura mecánica con un diseño refinado y las funciones justas para los coleccionistas discernientes que valoran la exactitud y versatilidad en un reloj discreto y elegante.
SBGJ201 “Mt. Iwate”
El SBGJ201 —también conocido como «Mt. Iwate»— integra el movimiento 9S86 de alta frecuencia (36,000 alternancias por hora o 5 hercios). Esta mecánica es una evolución del calibre automático del 9S85, que bien puede ser considerado el movimiento «halo» de las colecciones de Grand Seiko. El 9S85 y 86 siguen los pasos del primer calibre «Hi-Beat» que, en 1968, llevó a Grand Seiko al mundo de la alta frecuencia y su correspondiente alta precisión.
Debemos detenernos un instante para honrar el movimiento 9S85. El desafío de Grand Seiko de reintroducir el legado del movimiento de alta frecuencia de 10 alternancias dio lugar al Calibre 9S85, el primer movimiento de este tipo creado por la casa en 41 años. Las espirales del volante y del barrilete fueron nuevos desarrollos que usaron la tecnología MEMS para aumentar la precisión y reducir el peso de los componentes, mejorando simultáneamente la resistencia ante la fatiga del material y asegurando el torque necesario emanado desde el barrilete para mantener un ritmo de 36,000 oscilaciones por hora por un lapso prolongado.
El 9S86 ofrece la misma precisión (-5 a +3 segundos al día en promedio) y la misma reserva de energía (55 horas) que el 9S85, con la adición de la función de la indicación GMT para el viajero que necesita para garantizar que la precisión de la hora local no se vea comprometida cuando se cambia de zona horaria.
El diseño de la robusta caja del SBGJ201 rinde homenaje a los trazos del poderoso Grand Seiko 44GS de 1967, con proporciones fuertes y bien definidas. Es especialmente atractivo el impecable terminado de pulido a espejo en toda la superficie del reloj, un detalle más que demuestra una manufactura amorosa de carácter artesanal. La técnica de pulido Zaratsu es muy evidente en este SBGJ201 «Mt. Iwate». El brillo que despide cada reloj debe ser un motivo de orgullo para sus artesanos relojeros, quienes son las únicas personas en el mundo capaces de lograr este preciso terminado.
En la esfera encontramos un nuevo guiño a la esencia y orígenes de Seiko, en la forma de su carátula con patrón «Iwate», inspirado en los múltiples contornos del Monte Iwate, el estratovolcán que vigila el estudio de Grand Seiko en Shizukuishi. Ese grabado de la superficie es tan sutil que frecuentemente nos invita admirar el reloj de muy cerca para apreciar esa textura tipo grano de arroz que emula las superficies nevadas de la montaña. En conjunto con los índices, las manecillas y el marco del fechador de alto pulido, el contraste es muy alto y la presencia del reloj es formidable. El segundero que se desliza con cadencia y suavidad por encima de la carátula y la leyenda GMT son los únicos toques de color azul en la faz del reloj.
El SBGJ201 se presenta en una caja de en acero de 40 milímetros de diámetro y cuenta con una respetable hermeticidad de 100 metros. Las proporciones de la caja la hacen ver más grande de lo que realmente es, sin demérito de la comodidad. Este efecto lo logra en especial el contorno externo del reloj que sigue las líneas de las asas. Al «envolver» la caja, no solo logran destacar el bisel y la carátula misma, sino que logran que la corona atornillada aparezca ligeramente incrustada en la carrura, un toque estético muy especial que añade rigor técnico al reloj.
El cristal de zafiro que protege el dial muestra una firma curva que reafirma el volumen del elegante reloj. Por el fondo, un segundo cristal revela el movimiento del reloj. Un brazalete con broche de triple pliegue completa el juego estético con sus superficies finamente pulidas y coordinadas con la caja.
SBGH266
El SBGH266 es otro de marcatiempos de alta frecuencia, pero ahora combina la riqueza y exquisitez del oro amarillo para su espectacular caja y así conferirle un grado de elegancia y lujo fascinantes. El pretexto que dio vida a esta imponente ejecución relojera fue la celebración de la creación del calibre 9S. El 266 es una de tres referencias de edición limitada que marca ese hito. El galardonado diseñador de Grand Seiko, Nobuhiro Kosugi, concibió un nuevo diseño basado en la base de su modelo original Calibre 9S de 1998. El Grand Seiko SBGH266 de edición limitada también pertenece a la gama Heritage.
Construido en torno a una elegante carátula, el reloj de 39.5 milímetros de diámetro maximiza el arte inspirado en la región de Iwate en un estilo que 99 de cada 100 veces no puede confundirse con otra casa que no sea Grand Seiko. Una vez más, la técnica de pulido Zaratsu es protagonista en cada trazo y superficie de la caja. Así, en el SBGH266 también vemos cómo el contorno de la carrura es definido por la línea continuada que se extiende hasta las asas. Las superficies enmarcadas por estos trazos resaltan inusitadamente gracias a la perfección del Zaratsu.
De alguna forma, la carátula es aún más excepcional que la caja en oro amarillo. Su sutil grabado en espiral incorpora la insignia especial utilizada en los años 60 para designar los relojes hechos por Daini Seikosha, la compañía conocida hoy como Seiko Instruments Inc. Esta insignia, largamente valorada por quienes somos entusiastas de la casa, se complementa con las iniciales «GS» en oro sobre un delicado mosaico que se irradia desde el centro de la carátula en un patrón geométrico, pero de alguna manera orgánico, casi vivo. El hipnotizante efecto visual es un lienzo idóneo para la aplicación de las ricas manecillas e índices en oro amarillo. Al recordatorio de que se trata de otro Grand Seiko de alta frecuencia, se añade la firma special que nos recuerda que el reloj es una celebración del arte emanado de Shizukuishi y de la historia que le soporta. Naturalmente, esta edición porta el Cal. 9S85 y, por si fuera poco, la caja de oro amarillo mantiene la hermeticidad de 100 metros.
SBGR311 20 Aniversario del Calibre 9S
Aunque muchos hablan del rendimiento del reloj Grand Seiko y de la precisión extrema de sus movimientos de alta frecuencia, las carátulas también merecen mucho crédito. Los cuadrantes más famosos del Grand Seiko son probablemente el «Copo de Nieve» y el «Iwate», pero esta esfera marrón es definitivamente digna de su admiración también, además de que relata una nueva parte de la historia y el legado de la región que hospeda el estudio de Grand Seiko en Shizukuishi.
Para esta tercera referencia Grand Seiko que le compartimos, la inspiración ahora se enraiza en el arte y la cultura prevalente en la Prefectura de Iwate. En el SBGR311, el color chocolate oscuro de su dial recuerda la obra de los herreros tradicionales locales que trabajan el hierro con fuego.
El SBGR311, también perteneciente a la serie Heritage, es una edición especial limitada a 1,300 ejemplares que continúa con las celebraciones para el calibre 9S.
En 1998, Grand Seiko introdujo el movimiento 9S. Los dos primeros calibres mecánicos introducidos ese año fueron el calibre 9S51 y el 9S55. Estos dos primeros corazones Grand Seiko estaban regulados para funcionar bien dentro de los estándares de los cronómetros de grado COSC y tenían una reserva de energía de 50 horas. Desde entonces, los movimientos derivados de aquel calibre 9S han mejorado utilizando materiales innovadores (con una precisión media de -5/+3 segundos al día) y ofreciendo una reserva de energía de no menos de 72 horas. El corazón mecánico del SBGR311 de faz marrón honra ese logro de hace más de veinte años y ofrece el mismo grado de precisión.
Semejante en concepto a la esfera del 266, el patrón de espiral radial en el cuadrante del 311 consiste en 80 líneas curvas giradas y es una insignia original adoptada para los modelos de edición limitada del 20º aniversario del calibre 9S. El diseño encarna el espíritu del Grand Seiko, integrando las «G» y «S» del Grand Seiko y la marca «S» de Daini Seikosha, que produjo el primer reloj de alta frecuencia de diez pulsos por segundo. En la distintiva caja de 42 mm con superficies satinadas y pulidas Zaratsu, el SBGR311 equipa el calibre 9S68, una evolución más grande y con fecha del calibre 9S. Los índices horarios y las manecillas están terminadas impecablemente, con un grado de terminación que no sólo es perceptible a simple vista, sino también bajo una lente de aumento. Además, todos estos elementos parecen flotar como lo hacen las manecillas. El uso de un segundero y un logotipo «GS» en oro amarillo proporciona la cantidad justa de contraste y opulencia.
Al ser de un diámetro mayor (42 mm), el SBGR311 presenta una forma elegante gracias al diseño estrecho y afinado de las asas y a su integración con el brazalete de eslabones triples y broche desplegable. En su conjunto, el diseño es sobrio pero suave a la vista y al contacto con la muñeca.
Las particularidades de este reloj se extienden en la parte posterior de la caja. Ahí es visible el emblema del león de Grand Seiko en color dorado y la inscripción “Calibre 9S 20th Anniversary Since 1998 Limited Edition”, junto con el número de serie correspondiente a la pieza hasta la cifra 1,300.
Grand Seiko en Panamá: la casa de la firma en Latinoamérica
El 5 de marzo de este 2020, Seiko llevó a cabo un evento en su boutique ubicada en el Centro Comercial Multiplaza Panamá, de Ciudad de Panamá, para anunciar el arribo oficial a Latinoamérica de la marca Grand Seiko. La celebración también sirvió de marco para presentar a Fumio Tanaka, nuevo Presidente de Seiko Panamá y Latinoamérica. El establecimiento es el único punto de venta oficial de Seiko y Grand Seiko en la región, y a él se suman las representaciones en otros países para la distribución de los relojes de las firmas.
Para enriquecer esta historia y presentarle a usted la reformada y fortalecida operación de Grand Seiko en Latinoamérica, conversamos con Fumio Tanaka.
¿Cuándo llegó Grand Seiko a América Latina?
[Los relojes] Grand Seiko habían sido exhibidos en la boutique Seiko de Panamá desde julio de 2017 cuando abrió sin ningún anuncio de su lanzamiento. El evento oficial de apertura, invitando a los medios de comunicación y clientes potenciales, se celebró el 5 de marzo de este año, pero lamentablemente, la tienda se vio obligada a cerrar unas semanas después del evento debido a la pandemia; apenas acabamos de reabrir el 9 de octubre.
¿Cuáles han sido los retos de la empresa para mejorar el reconocimiento de la marca y de sus valores en la región?
El mercado de relojes de gama alta no ha sido bien cultivado en toda la región, excepto en México. Los desafíos son primero crear o establecer la cultura de la alta relojería, luego entregar valores únicos de nuestra marca entre esas otras marcas de alta relojería.
¿Qué hace a Grand Seiko digno de la consideración de los coleccionistas de relojes más exigentes?
La búsqueda incansable de la calidad en el cronometraje preciso y el acabado estético de cada pieza han sido apreciados por los conocedores de relojes en todo el mundo. Tales perfeccionamientos y los diseños más bien sutiles tienen sus raíces en la cultura japonesa y en el terruño de las regiones donde nació el Grand Seiko. Esto hace que el Grand Seiko sea único y crea deseos para que los coleccionistas de relojes aprendan más sobre los productos y la marca.
¿Cómo se reflejan los valores de Grand Seiko en la tienda de Panamá? ¿Qué encuentran sus visitantes allí?
En nuestra boutique, estamos preparando una vitrina de exposición para presentar las dos casas del Grand Seiko, Shizukuishi y Shinshu, con materiales relacionados. Los visitantes pueden percibir la atmósfera de Japón y de las regiones particulares donde se hacen los Grand Seiko, y encontrar cómo éstas influyen en el carácter de la marca.
