El número “8” en el folclore oriental representa la fortuna, la riqueza y la prosperidad, e incluso se dice que mientras más ocho hay en una presentación visual, se multiplica la suerte. Pero si le das la vuelta al ‘8’, ¿qué ves? El símbolo matemático para la leminscata; mejor conocido como infinito.
Si pudiéramos hacer retroceder el simbolismo de la figura ‘8’ al relojero fino, Jaquet Droz, de ellos derivaría la primera repetición del reloj de bolsillo de Pierre Jaquet-Droz que llevaba la figura estilizada 8, en 1785. Por un tiempo en el siglo XVIII, cuando el piano y el extintor definieron la nueva tecnología, el reloj de bolsillo Grande Seconde de Pierre Jaquet-Droz evocó un estilo minimalista que estaba por delante de su época.
Hoy, la maison identifica el Grande Seconde como el primero de sus ocho códigos y que ha sido una “eterna fuente de inspiración” en la manufactura de La Chaux-de-Fonds. Al celebrar su aniversario número 280, este año, Jaquet Droz revivió el reloj de bolsillo de Pierre Jaquet-Droz en una versión de reloj de pulsera, bautizándolo como el Grande Seconde Tribute.
Pero en un paso audaz para darle al legendario Grande Seconde una vanguardia progresiva y vanguardista, la maison eligió un dial en el que dejó nada más y nada menos que la distinguible y afortunada figura ‘8’. Esta versión ampliamente esqueletizada fue llamada: Grande Seconde Skelet-One.
El movimiento a la vista es una exposición de puentes de color gris oscuro que crean un contraste apagado para las versiones de oro rojo y oro blanco, mientras que en la versión de cerámica, parece fusionarse perfectamente a la caja negra. Todo lo que queda es el cristal de zafiro contra el calibre 2663 SQ con todos sus intrincados componentes a la vista.
“Centrarse en los códigos de la maison formula una identidad para que la marca se distinga”, reflexiona el consejero delegado Christian Lattmann, “el desarrollo más importante en nuestra colección Grande Seconde es el Skelet-One. Esto fue muy importante porque no hemos visto muchas oportunidades para crear diferentes variaciones de la Grande Seconde con respecto al estilo y el equilibrio del dial, que permanece fiel a la colección”.
Al voltear el reloj, vemos que el rotor de bobinado también ha sido cortado a la medida con dos alas que sostienen el borde periférico. A partir de entonces, lo que mantiene el disco de cristal y el movimiento en su lugar son cinco tornillos colocados en esquinas estratégicas para que parezca más artístico que mecánico.
Tras una observación más atenta, notarás que los tornillos están dispuestos simétricamente, mirando hacia afuera, mientras que el tornillo central a las 12 en punto está alineado verticalmente. Estos detalles, aparentemente menores, son fáciles de pasar por alto, sin embargo, esta colocación se derivó de un sistema de armería existente y fue adaptada muy cuidadosamente por Jaquet Droz.
Las tres variaciones cuentan con una caja de 41 mm para las versiones de oro rojo y blanco, mientras que la caja de cerámica es de 41.5 mm. El tiempo se lee en el dial principal a las 12 en punto con el dial de segundos grandes a continuación.
La versión de oro blanco del Grande Seconde Skelet-One está decorada con un llamativo contraste de color, con los tornillos de dial y las manos en acero azulado. Operando con el calibre automático 2663 SQ, el reloj tiene 68 horas de reserva de energía y es resistente al agua hasta 30 metros.
Los relojes de oro rojo y blanco están vestidos con correas de cuero de cocodrilo negro clásico. El Grande Seconde Skelet-One en cerámica está vestido con una correa hecha a mano con bordes enrollados en tela negra y acabado con acero inoxidable PVD negro y cierre desplegable de cerámica.
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