Greubel Forsey: Nuevo Balancier S

Combinar la deportividad con la cronometría ha sido la meta de este regio Greubel Forsey, que presenta una caja de titanio en 43 mm.

Greubel Forsey
Balancier S

Cuando una firma relojera independiente como Greubel Forsey (GF) hace un anuncio, el mundo relojero se detiene para poner atención. Pocas marcas tienen el poder de convocatoria y generan tal impacto en la comunidad relojera como esta casa avecindada en La Chaux-de-Fonds que, en 2004, fundaron Stephen Forsey y Robert Greubel.

Este lunes 17 de agosto, por medio de un streaming en vivo, en Youtube, Stephen Forsey presentó al mundo su más nueva invención horológica, el Balancier S, un reloj enteramente nuevo que sigue con una tendencia reciente de relojería de aspecto e intención un tanto más deportiva, en comparación con las regias y magníficas creaciones que definen la cronometría de GF y que conocemos bien.

En palabras de Stephen Forsey, la inspiración para el Balancier S ha sido exactamente esa: combinar la deportividad con la cronometría, es decir, la más elevada precisión pero de una manera innovadora y original. Estrictamente, el Balancier S no es el primer reloj de “grado deportivo” de GF. Ese es el GMT Sport —con su caja curvilínea y tridimensional— presentado hace unos meses. El GMT Sport. con su carrura ovoide de 100 metros de hermeticidad, le dio a Forsey y a Greubel la oportunidad de explorar alternativas para plasmar su idea de deportividad en una de sus indiscutiblemente notables piezas.

Nueva exploración relojera

Para el nuevo marcatiempos —y como su nombre lo sugiere—, Greubel Forsey optó por incorporarle su sistema de volante inclinado —que se ha visto en tres referencias previas de la marca— y no con un sistema con regulación por tourbillones múltiples. Gracias a la forma peculiar de la caja, con sus dos diferentes planos inclinados, el nuevo movimiento de volante inclinado encuentra el nuevo hogar perfecto para esta nueva exploración relojera.

Greubel Forsey

El nuevo Balancier S se presenta en una caja de titanio de 43 mm de diámetro horizontal (con una resistencia al agua de 100 metros) y presenta insertos de caucho que hacen juego con la correa del mismo material. Visto de lado, el perfil del reloj no revela del todo la magia que ocurre dentro, pero deja asomar la excentricidad y carácter de la pieza, con el abombado en su parte superior y en el cristal de zafiro, así como la estructura compuesta de la carrura. El bisel contorneado y grabado —con los valores que definen la relojería GF— es la primera pista clara de que algo especial ocurre con la caja, pues envuelve la parte superior de la caja y proyecta el domo de zafiro. 

Esta solución arquitectónica fue esencial para ”ganar” volumen para que el nuevo calibre pudiera “explayarse” con comodidad y amplitud, tanto en materia de funcionamiento como de la apariencia que Forsey y Greubel quisieron manifestar para esta pieza. A pesar de la obvia semejanza entre el GMT Sport y el Balancier S, no se trata de la misma caja. De acuerdo con Stephen Forsey, eso hubiera sido el camino fácil, pero no el más conveniente. De hecho, la caja del Balancier S, con 16.5 milímetros de grosor (incluyendo los cristales), es algo más estilizada y afinada y 2.2 mm más esbelta que la del GMT Sport, lo que implicó un nuevo diseño e integración de los detalles de caucho y otros elementos.

Greubel Forsey

La suficiente elevación en la altura sobre el dial permitió el perfecto acomodo de los dos grandes “ambientes” que exhiben la vitalidad del reloj. Por un lado, en el plano superior, está la sección horaria, resaltada por el gran puente arqueado de titanio que soporta las manecillas horarias. Aprovechando el volumen que el puente confiere a la carátula, el gran barrilete doble coaxial se proyecta por encima del plano principal del dial, pero por debajo de la rueda central y las manecillas para agregar otra dimension de complejidad estética. Hacia la derecha de las agujas, un sutil indicador para la reserva de marcha confirma la autonomía de 72 horas de grado cronométrico.

Luego, en la sección inferior, destaca el segundo plano de la carátula, una plataforma inclinada 30 grados con respecto al plano superior que alberga al gran protagonista del sistema, el gran volante inclinado de 12.6 mm de diámetro que parece como si estuviera incrustado profundamente en el reloj. El eje del volante se adentra en el reloj hacia el núcleo del movimiento., conectándolo visualmente con el eje de las manecillas. A la izquierda del corazón palpitante a 3 hercios, sobre esa misma plataforma inclinada, se posa el diminuto y discreto segundero. En un muy sutil guiño a la deportividad del reloj, y seguramente para avivar su aspecto frente a la frialdad del conjunto, tonos rojos salpican los cuatro marcadores informativos del Balancier S: horas, minutos, segundos y la reserva de marcha.

Para procurar la máxima eficiencia del movimiento, la clave fue una, de acuerdo con Forsey: la ligereza. Por ello, el uso de platinas y puentes de titanio fue esencial y se suma a la ejecución y apariencia del reloj, cuya caja también está hecha en titanio. Cada componente ha sido exhaustivamente trabajado a mano por los artesanos del atelier y, como de costumbre, destaca la insuperable calidad del trabajo de pulido a espejo, una faena nada fácil si consideramos que el reloj y sus partes más destacadas como los puentes están mayormente construidos en titanio.

Greubel Forsey

En el dorso del Balancier S encontramos el usual acabado de Greubel Forsey, con una apariencia técnica y contemporánea pero impecablemente elaborada. Los tres puentes de titanio de tolerancias micrométricas presentan un frío acabado mate que es resaltado por sus biseles y por los chatones de oro blanco de pulidos espejo, y apenas dejan asomar un poco algunas ruedas del movimiento. Una pequeña placa curva nos recuerda cuán especial es este nuevo GF, pues estará limitado a 18 ejemplares.

De manera significativa, el nuevo calibre que porta el Balancier S es el número 30 creado por la marca desde 2004, confirmando la pasión que Greubel Forsey y su taller de Tecnologías Experimentales (EWT) exhiben con denuedo en cada una de sus muy contadas y eternamente notables creaciones.

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