Frederique Constant presenta el nuevo High Life Automatic Skeleton, una pieza que muestra el dominio de la maison en la esqueletización, una práctica de alta complejidad en la que la maison ha destacado desde hace 25 años.
Los nuevos relojes Highlife Automatic Skeleton, de Frederique Constant, se encuentran disponibles en dos series de 888 piezas cada una con caja de 41 mm. El primer reloj incorpora la icónica combinación de colores de la colección Highlife: caja y correa con dial azul. La pieza viene con una segunda correa intercambiable en caucho azul marino que acentúa su aspecto deportivo.
La segunda variación está hecha de acero con revestimiento de PVD de titanio gris antracita, se presenta con una correa del mismo material, así como otra opción en caucho del mismo tono.
El punto central de la pieza es un globo situado en el dial, una seña de identidad estética de la colección. El globo revela el corazón palpitante del movimiento Swiss Made FC-310: a las 12 en punto, el volante; entre las 5 y las 6, el cañón, enrollado por el vástago sinuoso que se encuentra a las 3 horas. El movimiento cuenta con una reserva de marcha de 38 horas.
La esqueletización utilizada en este reloj presenta un desafío técnico y estético. Técnico, ya que el calibre se actualiza a través de pequeñas aberturas tan numerosas como delicadas y creadas sin el uso de ángulos agudos, en consonancia con la curvatura y armonía de la Tierra.
Estético, ya que la esqueletización es una práctica relojera poco común que tradicionalmente no se centra solo en el dial y menos aún en el centro. Es un estilo atrevido que Frederique Constant ha dominado a la perfección.
En un complejo juego de luces y sombras, entre lo oculto y lo expuesto, el Highlife Automatic Skeleton da vida a una visión moderna de la esqueletización y la relojería mecánica. Aquellos que sean especialmente curiosos apreciarán el fondo de caja abierto, que muestra el funcionamiento mecánico de la pieza y los acabados apreciados por el fabricante con sede en Ginebra.
