Después de haber presentado a finales del año pasado el primer H5, a cuyas espectaculares características que son el sello de HYT se agregó un calibre desarrollado por la propia casa, ahora presenta una variación con fluido azul.
Los relojes de HYT, más que cualquier otro, están pensados como piezas tridimensionales, que puede contemplarse desde cualquier ángulo. Son piezas que invitan a la contemplación y a asumir la conciencia del tiempo que se ancla en las más antiguas formas de medirlo.
A través de capilares y fluidos patentados, HYT logra representar con toda la precisión el paso de las horas. El tiempo que se ha vivido en el día, y el tiempo que está por vivirse. Pasado y futuro se unen en el punto donde el líquido azul en este H5 se encuentra con lo que vendrá, ese es el presente.
Variación HYT
La nueva variación del H5 de HYT combina una variada escala de grises: desde el antracita en el anillo horario y el realce hasta el gris plomo del puente con dinámicos toques. Estas tonalidades acentúan la estructura de capas y ponen de manifiesto que cada pequeño elemento del todo es fundamental para un resultado dinámico e impecable. El Super-LumiNova® blanco bajo el líquido azul que muestra el tiempo transcurrido y el anillo horario de neoralite intensifican la sensación de vitalidad. Un arco rojo brillante y una aguja negra, a juego con el contador de segundos, distinguen la reserva de marcha. Así como la erosión narra la naturaleza, la fluidez narra el mismísimo tiempo.
La edición del H5 en azul, de HYT, está disponible en una edición limitada de 25 piezas.
Fluir con el tiempo
El calibre 501, que fue desarrollado enteramente por la casa, consiste en un mecanismo que usa la energía mecánica para desplazar los fluidos.
Una leva de intrincadas formas, visible a través del fondo de caja transparente de zafiro, ofrece 13 posibilidades distintas para ajustar e indexar las indicaciones de las horas y los minutos, garantizando su funcionamiento como un todo.
Una palanca curvada de gran tamaño conecta los elementos colaborativos del movimiento. Todo ello orquesta una compleja reacción en cadena en la que el calibre presiona un fuelle regulador con paredes cuatro veces más finas que un cabello humano, para propulsar el siguiente viaje temporal de 12 horas.
