Una vez más, la gran fiesta de la relojería de México —y del continente— abrió las puertas del hotel St. Regis a Mercedes-Benz, que manifestó su tradición centenaria de tecnología e innovación. Para el Salón Internacional de Relojería (SIAR) 2021, la firma de Stuttgart acompañó su imagen de liderazgo con dos importantes protagonistas: la casa IWC Schaffhausen, esencial socio con el que la división de alto desempeño Mercedes-AMG tiene un nexo formidable desde hace ya varios años, y una joya del automovilismo deportivo: un W196 «Streamliner» de los años cincuenta, que Mercedes-Benz presentó en el corazón de su exhibición. Este monoplaza, producido en 1954-55 y primero en emplear una carrocería aerodinámica, se hizo famoso por ganar tres carreras en ese periodo, todas con Juan Manuel Fangio al volante.
Ante el bello marco que nos regaló el SIAR y el espacio de Mercedes-AMG e IWC Schaffhausen, no desaprovechamos la oportunidad de reencontrarnos con Jaime Cohen, director general de Mercedes-Benz México, quien nos compartió algunos conceptos que indican el rumbo de la marca en nuestro país. De inicio, a la pregunta general acerca de la situación presente de la empresa que dirige, Cohen respondió clara y contundentemente: «¡Vamos bien!». Claro que no fue tan sencillo, pues la estrategia integral de la empresa involucra muchas vertientes donde cada una de ellas debe desarrollarse con cuidado y conocimiento, como hemos visto en los últimos años. «La industria está viviendo una transformación, y Mercedes es un protagonista importante. Creo que es un buen momento para reflexionar sobre lo que ha ocurrido en el último año. Pero esta transformación se originó antes. Desde hace unos años [en Mercedes] ya hablábamos de autos eléctricos, tecnología digital. Esa es nuestra dirección para el futuro».
Parte de este futuro es un poderoso mensaje que Mercedes ha comunicado en tiempos recientes: la casa quiere ser la primera «totalmente eléctrica» para 2030. «Los trabajos que ya llevamos a cabo son fortísimos, aun cuando la meta se ve lejana. Se trata de un esfuerzo integrado de diseño, trabajos de ingeniería, pruebas… nueve años no son nada y eso te da una idea clara de la magnitud de la apuesta. No es nada más cambiar un motor de gasolina por uno eléctrico. Se trata de automóviles completamente diferentes», explicó. Sobre Mercedes-AMG, componente esencial de la estrategia y dirección de la firma, y su futuro eléctrico, Cohen opinó: «La gente cree que, como AMG es desempeño, los eléctricos pueden llegar mucho después, ¡No! Seguirán siendo autos que responderán a las expectativas de desempeño que esperan los clientes de AMG, pero ahora llevarán un motor eléctrico. Velocidad, reacción, emoción… todo eso se conservará en los Mercedes-AMG eléctricos».
Jaime Cohen expresó su deleite por estar asociado a un nombre como IWC. «Nos complementamos mutuamente, de manera muy fácil. ¿Qué es la velocidad? Se define como el resultado de dividir una distancia recorrida en el tiempo transcurrido. Ahí comienza una primera relación con el tiempo, tiempo visto como una meta a alcanzar en una carrera, tiempo visto como la tradición que ambas marcas tienen… También están los valores compartidos de desempeño, técnica, innovación, ingeniería, mecanismos y la procuración de sus detalles… Todo ello se conjuga y genera conciencia. Al final, tienes lo que constituye el corazón de todos esto —coches y relojes— que es la emoción. Ambos generan emoción».
