Texto original: Ross Povey
Ya lo dije en su momento, que los dioses de la relojería habían hecho un verdadero regalo al equipo de marketing de Swatch cuando les dieron luz verde para la colaboración con Omega, y que era para un Speedmaster. MoonSwatch. ¿Podría haber un nombre mejor? Bueno, en realidad, creo que el reloj podría haberse llamado cualquier cosa, porque no importa cuál fuera la opinión purista sobre este nuevo reloj, fue un éxito seguro y fue el lanzamiento más sonado de 2022.
A menos que haya estado aislado en una estación espacial real con apagón mediático la pasada primavera, será plenamente consciente de la histeria que acompañó al lanzamiento del Speedy biocerámico del año pasado. No es frecuente que nuestra pequeña afición de nicho irrumpa en los principales medios de comunicación, pero lo hizo, ya que abundaron las noticias sobre estampidas, heridos y el cierre forzoso de las boutiques Swatch cuando las tiendas consiguieron existencias. Imposibles de reservar y sólo disponibles en las boutiques Swatch (no en las concesiones), a pesar de que inicialmente se prometió que serían un producto en línea a su debido tiempo, la loca demanda de estos relojes fue noticia en todo el mundo, y tal vez en los otros planetas a los que el MoonSwatch rendía homenaje.
El cambio de actitud del Grupo Swatch respecto a la disponibilidad en línea no se hizo esperar, por lo que la demanda alcanzó niveles desorbitados. La gente acampó durante la noche en colas que tuvieron que ser vigiladas, se produjeron escenas desagradables dentro y fuera de las tiendas, las ventas se limitaron a una por persona y el mercado gris explotó. Los precios de venta al público se multiplicaron por cinco, seis y hasta diez veces, y los auténticos coleccionistas trataron frenéticamente de adquirir los relojes y estaban dispuestos a atravesar su país para tener ese reloj en la muñeca. Swatch y Omega habían creado posiblemente el “mejor” o más exitoso producto de la historia de ambas marcas y, a decir verdad, la situación sólo se ha calmado ligeramente un año después. Así que prepárese para el segundo asalto.
Para 2023, tenemos el Mission to the Moon con un segundero chapado en oro Moonshine. Por si el factor cool de un trozo de oro patentado por Omega no fuera suficiente, el hecho de que la aguja se haya fabricado durante la luna llena, como se indica en el certificado que acompaña al reloj, le confiere un caché adicional. Técnicamente, este MoonSwatch no es un reloj nuevo en sí, sino una divertida versión del Mission to the Moon existente que sigue reimaginando fielmente la forma clásica del Speedmaster, con asas retorcidas y caja asimétrica de biocerámica. Y este es el objetivo del MoonSwatch: es divertido y accesible, y como Pokemon… ¡tienes que intentar atraparlos a todos!
