De una manera un poco alejada de la plataforma general del evento de Watch & Wonders, Patek Philippe hizo su gran lanzamiento estelar este lunes 12 de abril. Desde la nueva manufactura de la casa en Ginebra, Philippe Stern encabezó la presentación de dos grandes novedades: un nuevo estilo para el Calatrava y un nuevo y realmente tremendo calendario perpetuo.
Antes de entrar en materia, es pertinente recordar que en días pasados hubo más novedades de Patek. La casa develó cuatro nuevas referencias del famoso 5711 —3 para caballero y una para dama—, donde destacó, muy especialmente, la variante con carátula verde. Así que la casa no se perdió de vista del todo a lo largo de los ajetreados días de Watches & Wonders.
Entremos en materia. Estas son las dos grandes novedades de Patek, encabezadas por el nuevo y fascinante calendario perpetuo
5236P Calendario Perpetuo (Gran Complicación)
Cuando parece que todo ha sido inventado en materia de las grandes complicaciones tradicionales de la relojería, llega Patek un lunes cualquiera y reescribe los libros. El nuevo 5236P es un calendario perpetuo de indicación lineal que muestra día de la semana, fecha de dos dígitos independientes y mes. El aparentemente convencional despliegue requirió de un sesudo desarrollo que implicó el registro de tres patentes. Antes de entrar en detalles, le cuento un poco de la historia e inspiración de este reloj.
Por mucho tiempo, la casa —experta en calendarios perpetuos, como ya le hemos contado aquí en Revolution—, y particularmente su CEO, Philippe Stern, tenían la inquietud de desarrollar un nuevo estilo de perpetuo. Así, durante una tertulia entre Philippe Stern y algunos desarrolladores de la marca, donde discutían acerca de movimientos, emanó la idea de crear una nueva pieza inspirada en un conocido calendario perpetuo de bolsillo que habita en el museo de Patek en Ginebra. Ese reloj, la ref. 844 de 1972 y con un movimiento creado primeramente en 1947, se presentaba en una caja de 46 mm y se conocía como el calendario perpetuo “à la Americain”, pues mostraba el calendario en el esquema estadounidense de mes, fecha y día, todo en una sola línea en la posición de las 12. Pero para el nuevo reloj de indicación lineal, el movimiento debería ofrecer la notación europea (la más usada en México y Latinoamérica): día, fecha y mes.
Pero había un detalle: un despliegue lineal implicaba un desarrollo técnico nuevo, asociado al disco de la fecha. Emplear un disco convencional de 31 numerales no era practico pues su tamaño habrá sido muy pequeño si se deseaba integrar en el nuevo reloj de pulso. Ahí surgió la idea de dos discos para fecha —decenas y unidades—. Para lograr un sistema de cuatro indicaciones diferentes de calendario que operaran en un mismo plano (acomodo co-planar, en el lingo de Patek), Patek desarrolló y registró la patente para el sistema de doble rodamiento de bolas. Luego, se necesitaría encontrar soluciones para mantener el calendario perpetuo tan delgado como fuera posible. Parte fundamental de este logro fue la creación de partes del movimiento, como los piñones, a partir de una sola pieza, y no de tres como es lo normal. También se puso especial atención en la rueda intermedia de las unidades con sus dos planos superpuestos separados por un resorte cuya función es controlar la rotación de la unidades en un caso muy específico que le cuento enseguida.
En un calendario normal, el salto de los días es consecutivo porque los números aparecen en un orden determinado en el disco fechador: … 29, 30, 31, 1, etc. En el Patek, como las decenas y las unidades de la fecha son independientes, se pensó en la manera de lograr que la fecha saltara del día 31 al 1 con una programación y operación independiente de los discos. Esa rueda de doble plano que le mencioné arriba opera de una manera semejante a la que lo hace un supresor de repiques de cuartos en un repetidor de minutos. Dicho de otra forma, son sistemas que impiden operaciones que no son necesarias. En el caso del nuevo calendario perpetuo, el diseño y activación de esa rueda intermedia de las unidades de la fecha evita que el día 1 de cada mes el disco de las unidades gire en tanto cambian las decenas de 3 a 0. El diseño independiente de los despliegues también se asegura de proteger la correcta lectura de la fecha, aún cuando el reloj se sujeta choques. Brillante, ¿no?
En resumidas cuentas, para combinar la singularidad con una legibilidad nítida y una alta fiabilidad, los diseñadores de Patek desarrollaron el nuevo movimiento ultrafino de cuerda automática 31-260 PS QL con un minirrotor empotrado y el módulo específico del calendario para el que se presentaron tres solicitudes de patente. El sistema de visualización lineal consta de 118 piezas adicionales; y en total, el calibre emplea siete discos para mostrar toda su información. El conjunto se complementa con dos pequeñas ventanillas que muestran el ciclo del año bisiesto, así como las indicaciones día/noche. Abajo, a las 6, un subdial muestra las fases lunares, coaxiales con los segundos constantes. El calibre 31-260 PS QL late a 28,800 alternancias por hora y tiene una reserva de marcha mínima de 38 horas y máxima de 48.
Este increíble mecanismo debuta en una caja de platino pulida a mano con un diámetro de 41.3 mm y una altura de sólo 11.07 mm. En su derredor, cuatro correctores rasos se encargan de hacer los ajustes de la fecha cuando el reloj ha permanecido dormido por mucho tiempo.
El diseño general del reloj se inspira en lo general en la rarísima ref. 3448, construida de 1962 a 1981 en muy bajas cantidades y que ofrecía una calendario perpetuo mediante dos ventanas superiores para mes y día y un dial subsidiario para la fecha a las 6. En el nuevo 5236P, apreciamos una carátula azul con gradación negra hacia la periferia y que está adornada con un satinado vertical. El curso del tiempo se muestra con marcadores de hora aplicados y manecillas de bastón en oro blanco, todo enmarcado por una escala chemin de fer en la periferia. El dial para la fase lunar y los segundos presume de un finísimo guilloché circular. La correa de piel de aligátor azul marino se sujeta con un cierre desplegable y hace un perfecto juego perfectamente con la carátula.
La indicación del calendario perpetuo en línea que aparece es la nueva ref. 5236P-001 nunca se había presentado en un reloj de pulsera y es una hazaña técnica y de miniaturización a la que se suma una estética arrebatadora que lo convierte en otro must have para los demandantes coleccionistas de hoy.
Calatrava Clous de París 6119
El segundo debut de hoy fue la reinterpretación de un clásico. Entre todos los Calatrava de la historia —el modelo nació en 1932—, se recuerda especialmente a varias referencias que incorporaban en sus biseles el diseño geométrico de “clavos” o clous de París. El modelo más destacado es la ref. 3919 introducido en 1985 y que porta una carátula blanca y números romanos lacados en negro que se produjo durante más de 20 años. En la actualidad, se considera uno de los relojes de pulsera más codiciados.
Patek Philippe renovó el emblemático modelo, actualizando su estética y ampliando ligeramente su diámetro hasta los 39 mm. Los marcadores horarios “obus” aplicados y facetados en oro, dan a la carátula un rostro contemporáneo y riguroso. El bisel guilloché tiene un perfil algo más ancho que redondea bien las proporciones y elementos de la carátula.
Los nuevos Calatrava Clous de París están disponibles en dos versiones: la ref. 6119R-001 en oro rosa tiene una carátula plateada granulada con índices y agujas aplicados en oro rosa; la 6119G-001 en oro blanco cuenta con un cuadrante gris carbón con un acabado satinado vertical, un segundero subsidiario caracolado y marcadores de hora y agujas aplicados en oro blanco.
El lanzamiento de estos modelos brindó a Patek Philippe la oportunidad de presentar un movimiento de cuerda manual totalmente nuevo. A pesar de su generoso diámetro (30.4 mm), el calibre 30-255 PS conserva sus finas proporciones (tiene solo 2.55 mm de grosor, los mismos que el más pequeño calibre 215 PS de 21.9 mm de diámetro que da vida a otros Calatrava), lo que ayudó a crear una caja muy bien proporcionada y elegante —la definición misma del Calatrava—.
Dotado de dos barriletes conectados en paralelo, el 30-255 PS explora nuevas vías en la gestión de la energía. Merece mención un dato curioso: para este movimiento, originalmente se había planteado usar un solo barrilete, pues con eso bastaba para alcanzar la reserva de marcha mínima de 65 horas que se requería. Empero, los diseños preliminares fueron desalentadores, pues el movimiento se veía algo “vacío” e “incompleto” y no cumplía con las exigencias estéticas que se exigían para este nuevo Calatrava. Por ello, se optó por incorporar un segundo barrilete que mejorara la estética de la mecánica. El par de barriletes funciona en paralelo, lo que logra una mayor y más constante entrega de torque hacia el movimiento a lo largo de las 65 horas de autonomía mínima. Finalmente, gracias a la función de parada de segundos, el reloj puede ajustarse a la hora correcta con una precisión de un segundo.
Ambas bellas referencias se ofrecen con una correa de piel de aligátor brillante con hebilla de oro. La forma característica de esta hebilla fue creada originalmente por Henri Stern para el mercado americano.
