#populares2020 Rolex presenta nueva familia de Submariner

La actualización magistral del Submariner es una de las novedades de 2020 de Rolex, entre las que están también nuevos Oyster Perpetual y Sky-Dweller.

Rolex
Oyster Perpetual Submariner.

Publicado en septiembre de 2020

En un año tan inusual (más bien terrible) como este 2020, las noticias que nos dan certidumbre y confianza y que refuerzan la familiaridad y la perspectiva en anticipación de tiempos más luminosos son más que bienvenidas. Por eso, cuando la marca de relojes más famosa del mundo nos regala con alguna novedad, con mucho gusto prestamos atención.

Como seguramente ya vio por todas partes, Rolex presentó la nueva generación del legendario Submariner, buceador nacido en 1953 que, por si solo, es una legítima institución relojera, un nombre por el cual todos los demás relojes profesionales de buceo son medidos.

Pero Rolex también debutó otras tres novedades, lanzamientos asociados a otras colecciones que le iremos contando en los siguientes días y que merecen también suma consideración. Está claro que nombres como Oyster Perpetual y Sky-Dweller también despiertan pasiones y por eso le relataremos más adelante acerca de sus nuevas referencias. Por ahora, dejémonos envolver por el nuevo episodio de la leyenda que es Submariner.

Rolex

El Rolex Submariner bien podría ser la imagen que acompañe la acepción de términos como “reloj de buceo”, “icono horológico” y hasta “reloj perfecto”. Y no, no es hipérbole. Basta con ver la historia del reloj —que sencillamente define la trayectoria de Rolex desde la segunda mitad del siglo XX— para apreciar como cada una de las partes, rasgos y características que le dan forma suman un todo superlativo, inerme a las críticas técnicas —las mercadológicas son otro tema, pero es un lujo que Rolex puede darse— y encumbrado en las “wish lists” de todos quienes aprecian seriamente la relojería. De inmediato me viene a la mente una afirmación de Wei Koh, nuestro fundador y director editorial, quien, con motivo del lanzamiento de las nuevas referencias 2020 del “Sub”, no dudó un instante en llamar a este reloj “perfecto”. ¿Será? Quizá, si aceptamos que el Submariner satisface por igual y plenamente los gustos de quienes buscan un reloj de lujo, duradero, de prosapia, máxima calidad e imagen sin par.

Pero no es que el nuevo Submariner haya llegado a la susodicha perfección y que los demás que precedieron no. Nada de eso. La evolución de las cosas no funciona así. Todo puede ir hacia arriba y hacia delante —aunque sea poquito—  si se sabe cómo hacerlo, y el Submariner es un muy buen ejemplo de ello. Hablamos de que el reloj lo ha sido siempre, desde que nació hace casi 70 años, “perfecto”. Simplemente, lo que ha ocurrido en cada pequeña reinvención o puesta al día, es que ha ido mejorando, adaptándose, evolucionando con mejoras pequeñas e incrementales de fondo y casi nada de forma. Este es el meollo: la forma está resuelta. Si no cree, basta con ver la pinta de todos los submarinistas que existen. Para Rolex, es este entendido de mejora constante —no siempre visible, pero siempre palpable de alguna manera; todo ingeniero apreciará esta perspectiva de “mejora continua”— la que define a Rolex y al Submariner.

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El nuevo Rolex Submariner agrupa en dos grandes referencias su nueva propuesta: la referencia 124060 en acero (sin fecha), que reemplaza al 114060, presentada en 2012, y la Ref. 126610 también en acero, que reemplaza al 116610, lanzado en 2010. En total, considerando las diversas ejecuciones de los materiales de caja y tonos de carátulas y biseles son ocho los “Subs” nuevecitos para este 2020.

La primera gran novedad es el nuevo tamaño de caja: 41 mm, uno más que la versión anterior. Este hecho, que para no pocos rayaba en la herejía, es solo una evidencia más de estas mejoras sutiles que definen el nuevo reloj. Las proporciones clásicas se mantienen en lo general, pero en nuevo tamaño obligó a hacer una serie de cambios infinitesimales en la geometría de la caja, tamaños y de dial y bisel, estilo de las asas, el contorno interno de la caja y el ensamblado del brazalete, por mencionar las más relevantes. Sí, se trata de un reloj nuevo solo que no se ve así el todo.

El reloj se siente realmente bien en la muñeca. No me atrevo a decir que es más cómodo o ligero que una versión anterior pues no suelo usar un “Sub”, pero el tamaño agrandado de los nuevos 124060 y 126610 se sirve de un ajuste de formas para lucir ideal. Esta sensación se logró gracias a un sutil pero completo rediseño del perfil de la caja, caracterizado por dos cosas importantes: para los protectores de la corona Triplock, estos se han reducido en tamaño, lo que eliminó volúmenes innecesarios. En segundo lugar, las nuevas asas se estrechan más hacia su unión con el brazalete, haciendo que la caja se sienta esbelta y aligerada.

Obviamente no hay grandes cambios en carátula y bisel. Ambos son casi idénticos a la generación anterior. Esto implica que continúa el cuadrante lacado brillante, los índices y manecillas aplicados de oro blanco. Al igual que sus predecesores, los Submariner utilizan insertos de bisel de cerámica Cerachrom, que ahora se han adoptado en todos los relojes deportivos de Rolex. El nuevo 124060 utiliza un bisel de cerámica en negro. Mientras que las nuevas referencias de 126610 Submariner Date incluyen biseles de cerámica en azul para un modelo de oro blanco con una carátula negra, azul real para un modelo Rolesor con una esfera azul, verde y negro para un modelo Oystersteel con dial negro.

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Pasemos al brazalete: los nuevos Submariner tienen el cierre desplegable Glidelock. El sistema, que facilita el ajuste de la longitud de su brazalete hasta 2 cm, debutó en el DeepSea Sea-Dweller de 2008. Con este sistema, al levantar la punta del cierre que normalmente se ajusta bajo el cierre de seguridad, se libera el brazalete donde se fija dentro del broche desplegable. Entonces puede deslizar el brazalete para hacerlo más corto o más largo hasta 2 cm en incrementos de 2 milímetros.

A lo largo de la historia del modelo, la fiabilidad, la resistencia a los golpes y la precisión en el mantenimiento del tiempo siempre han sido de suma importancia y esto se reduce al movimiento que impulsa los relojes Submariner con y sin fecha.

Para continuar con la seguidilla de éxitos mecánicos, Rolex tomó como punto de partida su calibre 3235, mecánica que debutó en 2018 a bordo del Sea-Dweller. Este corazón es un movimiento automático con fecha que representó un notable salto adelante en términos de rendimiento en cuanto a precisión, fiabilidad, resistencia a los golpes y reserva de marcha. Entre muchas cosas, destaca porque el 90 por ciento de sus componentes fueron nuevos (con respecto al calibre 3135 que reemplazó), un aumento de la reserva de energía de 50 a 70 horas, un escape que era un 15 por ciento más eficiente y un cúmulo de 14 patentes. Para la versión sin fecha del Submariner —mi preferida—, el calibre 3230 prescinde de la ventana de la fecha, pero obviamente mantiene todos los atributos técnicos de su hermano. Para refrendar su título como Cronómetro Superlativo, los movimientos integran tecnologías desarrolladas por Rolex como el escape Chronergy y la espiral Parachrom.

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Como colofón de esta presentación, vale bien recordar que la certificación de Cronómetro Superlativo de Rolex implica que el movimiento del reloj ya montado en la caja tiene una precisión de +2/-2 segundos por día (contra los -4/+6 típicos del COSC, que solo prueba el calibre). A este desempeño general y magnificencia se suma una garantía de cinco años que confirma que a la hora de hacer relojes, Rolex no deja piedra sin voltear. Pero esto usted ya lo sabía; los nuevos Submariner solo son un nuevo recordatorio de ello.

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