Los relojeros de Cartier consideran el diseño de sus creaciones como un todo, y por ello integran la complejidad de sus avances técnicos en estructuras sutilmente diseñadas, así lo comprueban los tres nuevos relojes que la maison introduce a la alta relojería este 2021: Rotonde de Cartier Astromystérieux, Rotonde de Cartier Astrotourbillon y Rotonde de Cartier Esqueleto Doble Tourbillon Misterioso.
La trilogía de relojes presume de una arquitectura esqueleto e integra mecanismos que giran en torno al Tourbillon, una complicación clásica de la maison. Además, fueron concebidos bajo la protección absoluta de los talleres de la Manufactura de Cartier, en La Chaux-de-Fonds, donde el diálogo entre el virtuosismo relojero y la exigencia del diseño cobran vida.
Rotonde de Cartier Astromystérieux
El nuevo Astromystériex, de Cartier, combina el tourbillon con el misterioso, una complicación apreciada por la marca que data de 1912 y consta de un dial completamente transparente que muestra dos agujas que parecen flotar en el vacío.
La caja del tourbillon integra no solo el órgano regulador del reloj, sino también toda la cadena cinemática, desde el barrilete hasta el volante, todo ello transportado por un disco de zafiro. De este modo, la caja alargada asegura la función de las agujas de los minutos y completa una vuelta al dial en una hora.
Amplificada, la trayectoria visible del movimiento evoca el recorrido de un objeto celeste que flota como una estrella suspendida en el vacío, sin conexión aparente con el conjunto del mecanismo. En torno a esta complicación, fija y móvil, Cartier asocia uno de sus códigos relojeros más clásicos: los números romanos.
La corona de cuerda engastada con un cabujón aguamarina hace juego con el color de la correa de piel de aligátor.
Rotonde de Cartier Astrotourbillon
Con el reloj Rotonde de Cartier Astrotourbillon, Cartier explora un movimiento imaginado y desarrollado por los maestros relojeros de la Maison en 2016, tras cinco años de desarrollo en la Manufactura Cartier en La Chaux-de-Fonds, Suiza.
Cartier lo coloca en el centro de un dial ultragráfico con fondo gris y números en calco plateado. Gracias a su compleja estructura, el tourbillon se presta al juego de la geometría y la transparencia. Este fascinante movimiento presenta dos características principales que lo convierten en un tourbillon singular. En primer lugar, la caja del tourbillon tiene un eje de rotación particular que se sitúa en el centro del movimiento. Por ello, su diseño difiere completamente del tren de engranajes, desde los dos barriletes del movimiento hasta la visualización de los minutos y las horas.
Además, esta jaula de tourbillon no está directamente integrada en el movimiento como sucede en un tourbillon clásico, sino que se ubica “por encima” de él. Esta mecánica de precisión forma la base de una estética característica que cobra forma en torno a los principios dictados por la visión del diseño de la Maison: la claridad de las líneas, la radicalidad del diseño y la preponderancia de la estética.
El movimiento esqueleto hace gala de sus puentes en forma de números romanos, una característica de Cartier. La corona de cuerda engastada con un cabujón de aventurina hace juego con el color de la correa de piel de aligátor.
Rotonde de Cartier Esqueleto Doble Tourbillon Misterioso
El Rotonde Doble Tourbillon Misterioso, de Cartier, integra un órgano doblemente volante que parece desafiar las leyes de gravitación. La mecánica mágica de este doble tourbillon misterioso trasciende la estética de los movimientos misteriosos de Cartier.
A diferencia del tourbillon clásico, el tourbillon volante no tiene puente superior. Realiza una revolución completa sobre sí mismo en sesenta segundos y parece flotar en el vacío, sin ninguna conexión con los engranajes. El espectáculo se hace aún más llamativo cuando esta misma caja del tourbillon efectúa la segunda rotación, completando cada vuelta en cinco minutos.
Los relojeros de la Manufactura Cartier han utilizado un disco de zafiro en el que han abierto una silueta con las dimensiones del tourbillon para crear la más perfecta ilusión posible de una caja flotante.
Un ejercicio que Cartier domina desde 2013, cuando apareció el primer calibre de este tipo. Hoy, los relojeros lo introducen en el corazón de un dialesqueleto, cuyos números romanos tamaño extragrande estructuran todo el espacio. Estirados alrededor del espacio vacío creado para el Doble Tourbillon Misterioso, dejan ver en su transparencia el esbozo del movimiento.
La corona de cuerda engastada con un cabujón de jade hace juego con el color de la correa de piel de aligátor.
Un cofre de maquetería de madera
Cartier ha diseñado un extraordinario cofre de marquetería de madera para salvaguardar estos tres relojes excepcionales. El artesano en marquetería trabaja un meticuloso sombreado con el aerógrafo en piezas de madera muy finas de seis tonos diferentes para crear movimiento, profundidad y relieve. Así, el conjunto forma un degradado de verde, azul y gris.
Una vez ensambladas, estas diminutas piezas de madera dibujan un motivo formado por tres espirales superpuestas. En el centro de cada una de ellas, una lente óptica revela el dial de un reloj.
El cofre de marquetería de madera incluye además una funda de viaje de piel de aligátor y un par de gemelos de oro blanco con tres bastoncillos de piedra intercambiables de sodalita, jade y cuarzo azul.
