El pasado mes de marzo, Montblanc presentó Summit, su primer reloj conectado, pensado para una nueva generación de usuarios en movimiento que aprecian la tecnología de avanzada. Pero en un segundo nivel, y aprovechando su renombre universal como fabricante de los más diversos accesorios de lujo, la firma de Hamburgo también pretende que esos primeros compradores del smartwatch de Montblanc se queden dentro de la marca y crezcan como clientes de la relojería mecánica.
El reloj tiene como misión enarbolar los valores y estilos asociados a la marca. Si una marca dentro del grupo Richemont tenía las credenciales, imagen y potencial para incursionar en este aún tentativo mundo de los relojes conectados/inteligentes, tenía que ser Montblanc, dado su diversificado palmarés y relativa cercanía con la tecnología.
Summit no es un nombre nuevo: en la juventud de la marca, Summit se refería a un línea de relojes de cuarzo bastante bonitos, en los que la estrella de Montblanc estaba plasmada al centro de la carátula
El smartwatch de Montblanc es 100% digital, con amplias funciones de control y monitoreo que suma características de apariencia a las que la marca nos tiene acostumbrados. Si a ello sumamos un precio de entrada por debajo de mil dólares es razonable suponer la conquista de nuevos clientes de la relojería de Montblanc.
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El corazón del sistema es un procesador Qualcomm Snapdragon, la misma marca de cerebros que emplean incontables teléfonos Android. Este chip Snapdragon Wear 2100 se optimizó para su uso móvil y ofrece una generosa capacidad de procesamiento de datos, además de combinarlo con un justo gasto de energía.
Las capacidades de Summit son magnificadas por la asociación que Montblanc estableció con el gigante tecnológico Google para el sistema operativo de Summit, una variante del Android Wear 2.0 alterado de acuerdo a las exigencias de Montblanc. El resultado ofrece plena funcionalidad por espacio de hasta un día, siendo necesario recargar el reloj en su base magnética cada noche. A pesar de ser un sistema Android, Summit es 100% compatible con su iPhone consentido.
SUMMIT, EL SMARTWATCH DE MONTBLANC: UN RELOJ LEGÍTIMO
Este smartwatch de Montblanc se presenta en cajas de 46 milímetros de diámetro, hechas en acero o en titanio con un estilo bastante arquitectónico, pero jamás voluminoso: su grosor no llega a los 15 milímetros, lo que lo hace fácil de portar, aún con atuendos formales. Montblanc eligió carátulas con el diseño de la series 1858, con sus grafías clásicas y elegantes, y de Timewalker, más deportivas y modernas.
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La redonda faz capacitiva ofrece colores vivos y contrastes adecuados. De resaltar es el cristal de zafiro, un domo transparente único en su categoría que añade carácter a la pieza, sin dejar de lado las ventajas de visibilidad. No es un reloj óptimo para bucear, pero Montblanc procuró concederle un buen grado de resistencia al agua. Su certificación IP68 le prepara para las salpicaduras típicas de la vida del diario.
Como buen smartwatch, Summit integra elementos que maximizan su utilidad: el reloj integra micrófono, monitor cardíaco, giroscopio, barómetro y fotómetro. En conjunto con las apps disponibles, queda claro que Montblanc quiere que el público realmente vea a Summit como un reloj multiusos para la vida diaria, pero con un toque de distinción que lo instala en el corazón del mundo de la casa alemana.
