Un lanzamiento que enamorará a los fanáticos de Vacheron Constantin, la manufactura más antigua del mundo, con producción ininterrumpida desde hace más de 269 años. Se trata del Patrimony Calendario Perpetuo Ultra-plano, una nueva versión de un modelo emblemático de la colección Patrimony, con una carátula de un tono azul oscuro, especialmente diseñado para esta línea.
Su caja de oro rosa 5N de 18 quilates y 41 mm de diámetro alberga un movimiento ultradelgado de carga automática, que late al ritmo del famoso calibre desarrollado y manufacturado por la maison suiza, el 1120 QP. En relación a sus funciones, tiene indicación de horas, minutos, fase lunar a las 6 horas y calendario perpetuo con día de la semana en una subesfera a las 9, fecha en una subesfera a las 3, así como mes y año bisiesto en subesferas de 48 meses a las 12.
Considerado uno de los calendarios perpetuos más emblemáticos de la industria, no requiere ajuste alguno hasta el 1 de marzo de 2100. A diferencia de los calendarios simples, que exigen darle cuerda manualmente luego de cada mes menor a 31 días, este calendario perpetuo sigue el ciclo de los años bisiestos, con sus meses de 31, 30 o 28 días, y el cuatrienal retorno del 29 de febrero.
La complicación de calendario perpetuo exige un alto dominio de la técnica de miniaturización, ya que el movimiento debe ajustarse mecánicamente para hacer frente a las irregularidades del calendario. A tono con las premisas actuales de la tecnología y la tendencia a manufacturar componentes y dispositivos mecánicos cada vez más pequeños, en este reloj la miniaturización se ha llevado al límite, con el fin de producir un calendario perpetuo ultra-plano, lo que se ha conseguido con el calibre 1120 QP de apenas 4,05 milímetros de ancho.
Prodigio técnico
Este prodigio de la relojería, con su masa oscilante esqueletizada con forma de cruz de Malta, está integrado por no menos de 276 componentes, que ejecutan una danza perfectamente sincronizada que se puede ver a través del fondo de cristal de zafiro transparente del guardatiempos.
Por otra parte, el latido de su corazón a una frecuencia de 2,75 Hz (19.800 vibraciones por hora) asegura tanto la precisión del movimiento como su reserva de marcha de 40 horas. En cuanto al indicador de fase lunar, éste evoca las noches claras con un esmaltado con técnica champlevé cuyo color dorado se consigue después de ser horneado a temperaturas que llegan a los 1000°C.
Es un guardatiempo clásico, aunque de diseño contemporáneo, de formas estilizadas y elegantes.
Su caja de oro rosado hace juego con la terminación satinada, con efectos rayos de Sol, de su carátula azulada. Su correa de lagarto también es de color azul oscuro y cuenta con un cierre desplegable.
