Zenith Chronomaster Sport: el regreso de El Primero

Zenith presenta la nueva colección Chronomaster Sport equipada con el nuevo calibre El Primero 3600, en el marco de la LVMH Watch Week.

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No todos los días atestiguamos un verdadero suceso de innovación en la relojería, muchos menos uno tan visible y protagonizado por uno de los relojes más icónicos de la historia moderna: el cronógrafo El Primero, de Zenith.

El Zenith El Primero es uno de los pilares de la relojería contemporánea, sin discusión. Nacido en 1969, se trata del primer cronógrafo automático suizo de la historia (y hasta “el primero”, si somos generosos con su fecha de lanzamiento y la del cronógrafo automático de Seiko, también presentado ese año). El Primero ha sido tan revolucionario y tan confiable que, de 1988 a 2000, Rolex lo adoptó (y adaptó a su modo) para usarlo en cierto cronógrafo llamado Daytona que probablemente usted conozca. De este tamaño son el palmarés y credenciales de El Primero que, en la última década, se vio razonablemente refrescado con nuevas ejecuciones cronográficas que honran su leyenda, como el relampagueante cal. 9004 de doble volante. Pero no fue sino hasta hoy que el movimiento El Primero original ha sido genuinamente reinventado.

De este modo, este enero de 2021 —también reconocido como el decimotercer mes de 2020— Zenith presenta la nueva colección Chronomaster Sport equipada con el nuevo calibre El Primero 3600, considerablemente mejorado con respecto al venerable cal. 400 original. El nuevo y deportivo cronógrafo presenta un rendimiento mejorado y, naturalmente, es capaz de realizar mediciones con una precisión de 1/10 de segundo, gracias a su alta frecuencia de operación.

Las mejoras que usted podría encontrar en el cal. 3600 con respecto al cal. 400 son insoslayables. En verdad trata de un salto cuántico entre versiones. Recordemos que el 400 es, en esencia, el mismo movimiento nacido en 1969, con algunos ajustes y adecuaciones aquí y allá. El 3600 toma los mejores parámetros y cualidades operativas del 400 y los reinventa en un paquete mecánico más eficiente. Para empezar, el movimiento tiene una reserva de marcha 20 por ciento mayor, llegando ahora a 60 horas.

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Pero la distinción más significativa radica en el sistema de acoplamiento del cronógrafo. Mientras que en el cal. 400 —y en muchos otros cronógrafos con activación por rueda de pilares y embrague horizontal— el accionamiento del mecanismo del cronógrafo proviene de la cuarta rueda del calibre, en el 3600 se hace por medio de un piñón oscilante conectado directamente a la rueda del escape. En el otro extremo, el piñón se conecta con la rueda de propulsión, enlazada a su vez con la rueda intermedia, a su vez conectada con la rueda del cronógrafo gracias al embrague horizontal. Este esquema mecánico resulta en una menor pérdida de energía al no molestar la cuarta rueda de los segundos constantes, factor que suele afectar el isocronismo del volante; un menor desgaste mecánico causado por el brusco contacto entre la rueda intermedia (conectada a la cuarta rueda, que siempre está en movimiento) y la rueda del cronógrafo; y una activación más gentil y directa. Desde luego que la particularidad de este movimiento, que late a 5 hercios o 36 mil alternancias por hora, mantiene la virtud de poder medir y señalar los tiempos de hasta 60 minutos con una resolución de 1/10 de segundo.

El Chonomaster Sport está construido en una caja de acero con superficies pulidas y cepilladas de 41 mm y es resistente al agua hasta 100 metros. Por detrás, un fondo transparente ofrece una bonita vista del cal. 3600 operando esplendorosamente. El trabajo de pulido del reloj y del brazalete es excelente, y continúa en la caja, donde tenemos un terminado satinado en la parte superior de las asas y en el eslabón central del brazalete.

La carátula (disponible en blanco o negro) presenta los característicos registros tricolores del cronógrafo El Primero en azul, antracita y gris claro, al igual que el cronógrafo A386 de 1969. Cada uno de los contadores está graduado a 60 unidades para una lectura diferente pero sencilla del cronógrafo: el contador situado a las 3 horas es el de los segundos transcurridos del cronógrafo y avanza 10 segundos con cada vuelta del segundero central de la carátula, que completa un giro en torn o a la carátula cada 10 segundos. El contador de las 6 es el de los minutos del cronógrafo, que está calibrado a 60 minutos. Y el contador de las 9 está calibrado a 60 segundos y es el clásico registro de segundos continuos. Para leer un conteo de tiempos, basta con ver la posición del registro a las 3 en punto que de facto señala las decenas de segundos. A ello hay que sumar los segundos fraccionados en décimas marcados por la manecilla central que apunta hacia el bisel, que es especial a su modo. El bisel está fabricado en cerámica, que se está convirtiendo rápidamente en el material preferido para esta parte de los relojes de pulsera, elegida por su resistencia a los arañazos.

El nuevo Chronomaster Sport con su calibre cronógrafo de alta frecuencias es un verdadero deleite, además de también ser un valor bastante razonable si consideramos su gran ofrecimiento técnico y estético. El genial calibre 3600 es el autor de un nuevo capítulo en la historia de la relojería moderna y ese simple hecho encumbra aún más la leyenda de este Zenith.

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