Vacheron Constantin, en colaboración con el Museo del Louvre, ofrece a sus clientes una experiencia que va mucho más allá de una “simple” personalización de un reloj. Siguiendo el ejemplo de Les Cabinotiers – Homenaje a Pierre Paul Rubens, La lutte pour l’étendard de la Bataille d’Anghiari, un reloj de edición única que se ofreció en la subasta “Bid for the Louvre” de 2020, la casa propone ahora una nueva experiencia denominada: “Una obra maestra en la muñeca”, que consiste en la creación de un reloj Les Cabinotiers de edición única por encargo, con una carátula personalizada, que reproduce en esmalte una obra de arte conservada en el Louvre y elegida por el comprador. La experiencia irá complementada por una visita privada al Louvre en compañía de sus expertos y a la Manufactura Vacheron Constantin para conocer a sus maestros relojeros y artesanos.
En el marco del evento “Bid for the Louvre”, organizado en diciembre de 2020 a beneficio de los proyectos solidarios del museo, se subastó un reloj Les Cabinotiers personalizado, dando así inicio a “Una obra maestra en la muñeca”. Tras dos años rebosantes de descubrimientos y acontecimientos, incluida la visita privada del adjudicatario al Museo y a la Manufactura, para comentar el proyecto con los expertos del Louvre y los maestros artesanos de la Casa, la aventura ha dado a luz un reloj de edición única: Les Cabinotiers – Homenaje a Pierre Paul Rubens, La lutte pour l’étendard de la Bataille d’Anghiari. Su esfera de esmalte en miniatura reproduce fielmente el dibujo homónimo de Peter Paul Rubens. En 2021, la colaboración entre la Casa y el prestigioso museo ofreció la oportunidad de explorar los talleres de arte de ambas instituciones, por medio de una serie de videos que ilustraban el paralelismo existente entre el trabajo de sus respectivos maestros artesanos. Siguiendo los pasos de esta iniciativa, en 2022 tuvo lugar el lanzamiento de una serie de cuatro relojes inspirados en las colecciones de antigüedades del museo: Métiers d’Art – Tributo a las grandes civilizaciones.
“Me llena de entusiasmo anunciar esta colaboración entre nuestras dos instituciones, ambas ya con siglos a sus espaldas, y no obstante firmemente arraigadas en el siglo XXI, como demuestra la predilección que se han granjeado entre el público experto”, dijo Louis Ferla, consejero delegado de Vacheron Constantin. “Nuestra Casa destaca desde tiempo inmemorial por su compromiso con las artes y por su mecenazgo de la cultura. Junto al Museo del Louvre, estamos escribiendo una prometedora historia común engendrada por la combinación de nuestros ámbitos de competencia y nuestros sueños más ambiciosos”.
“Estoy encantada con esta colaboración, llena de fructíferos intercambios entre nuestros equipos y marcada por un deseo compartido de servir a la Belleza”, señala Laurence des Cars, Presidenta y Directora del Louvre. “Nuestras instituciones, hijas ambas de la Ilustración, comparten la misión de transmitir la pasión por el arte, el acervo y la excelencia en las artes decorativas ancestrales. Las dos instituciones estén firmemente enraizadas en la historia, pero no por ello dejan de estar irrenunciablemente abiertas al mundo contemporáneo.”
“Transcribir un dibujo compuesto de tinta y trazos de pluma a una esfera de 3.3 cm de diámetro es todo un reto. Es necesario imbuirse en la obra y hacerla propia, para atinar con el nivel de detalle a la vez que se preserva la fuerza del grafismo”, explica el maestro esmaltador de Vacheron Constantin.
El contrastado dominio de su arte y la libertad creativa reinante en el taller Métiers d’Art de Vacheron Constantin le permitieron abordar el reto de una forma creativa e innovadora. Desde el principio estuvo claro que la técnica de pintura en miniatura de Ginebra sería la forma más adecuada de rendir homenaje a la obra original. No obstante, el maestro esmaltador de la Maison llevó la técnica tradicional a otro nivel, al decidir incorporar el blanc de Limoges, que por lo general se utiliza en el esmalte grisalla. Esta es una de sus especialidades, que aborda desde una perspectiva empírica que, tras 30 años de ejercicio del oficio, le lleva a seguir experimentando con sus múltiples posibilidades. Trabajando con una panoplia de instrumentos y recurriendo a los abundantes secretos de la alquimia del esmalte, ha utilizado pinceles de tres o cuatro cerdas, herramientas puntiagudas y también espinas de cactus. La técnica ancestral del esmaltado en miniatura con una capa subyacente de fundente ginebrino consiste en añadir una protección final transparente e incolora a las capas de esmalte vitrificado, lo que aporta brillo y profundidad al trabajo del artesano. El esmalte grisalla se interpreta de forma original en este reloj, ya que el maestro esmaltador, con la ayuda del blanc de Limoges, ha querido crear uno reflejos que realcen el efecto de profundidad e incrementen la sensación de relieve y movimiento de la crin del caballo.
El boceto de la esfera se definió trazando unas líneas que delimitaban claramente los detalles de los contornos. A continuación, en etapas sucesivas, se intentó recrear la extraordinaria sutileza del dibujo de Rubens, todo ello en tonos y medios tonos muy claros, tenues y difusos. El maestro esmaltador utilizó unos 20 tonos de marrón, marrón grisáceo, marrón sepia y marrón crema, número impresionante que fue necesario alternar con otras tantas pasadas por el horno a 900°C, muy leves en el caso de las primeras capas, solo durante el tiempo necesario para iniciar la vitrificación, a fin de que los sucesivos horneados no alterasen los tonos iniciales.
Transmitido desde hace más de 267 años de cada generación de maestros de la Casa a la siguiente, el magistral arte del grabado acentúa la dimensión artística del reloj de oro rosa 5N de 18 quilates, con un fondo de caja con tapa practicable tipo oficial, grabado con caligrafía del siglo XVII: “Cerca Trova”.
