Breguet: Reine de Naples 8925 Edición San Valentín

Breguet rinde homenaje al día de los enamorados con su icónico Reine de Naples, que esta vez luce unas hermosas referencias poéticas. Un nuevo reloj de manufactura producido en una serie limitada de 28 piezas.

Con el Reine de Naples 8925 Edición San Valentín Breguet celebra el amor con sutiles toques de rojo sobre su esfera de nácar blanco. El realce que rodea la esfera está engastado con 66 rubíes engastados a mano, enaltecidos por el destello del bisel que luce una miríada de diamantes, y de la corona, adornada con un cabujón de rubí.

Mientras unos discretos corazones rojos marcan las horas sobre la circunferencia excéntrica, las agujas de las horas y de los minutos continúan su apasionada carrera en perfecta armonía con la pulsera de aligátor. Por último, el asa y la hebilla desplegable están cubiertos de diamantes engastados a mano.

En el corazón de su caja ovoide de 33 mm x 24,95 mm, 180 componentes hacen palpitar el corazón del movimiento de carga automática 585/1, que ofrece una reserva de marcha de 38 horas y cuyo volante oscila con una frecuencia de 3 Hertz. Este movimiento está equipado con una espiral de silicio. Las propiedades de este material son múltiples. Además de ser resistente a la corrosión y al desgaste, es inmune a la influencia de los campos magnéticos y mejora la precisión del reloj. 

Todos los componentes del calibre, tanto los visibles como los ocultos a los ojos, están esmeradamente acabados a mano, respetando la más pura tradición artesanal de Breguet. El fondo de cristal de zafiro de la caja de oro blanco desvela su masa en platino, así como las decoraciones Côtes de Genève y el achaflanado (biselado de los ángulos), ejecutado minuciosamente a mano en las piezas del movimiento.

La edición del Reine de Naples 8925 Edición San Valentín es de tan solo 28 piezas.

El reloj de una reina

Durante su reinado en Nápoles, Caroline Murat, joven hermana de Napoleón Bonaparte, fue una gran defensora de las artes y adquirió más de 30 relojes y péndulos Breguet. Mientras las damas de la época llevaban los relojes como el pendiente de un collar, Caroline Murat hizo un encargo audaz y vanguardista a Abraham-Louis Breguet: un reloj que pudiera llevar en la muñeca. 

Fue en 1810 cuando Breguet dio inicio a la creación de esta pieza inédita: el primer reloj de pulsera del mundo. Ideado por una mujer, creado por un hombre… Desde su entrega en 1812 hasta las reparaciones de 1849 y 1855, los archivos Breguet han registrado la historia y las características de este reloj, cuyo paradero es hoy desconocido. 

Esta creación, de forma oblonga y con esfera de plata guilloché, era una pieza muy delicada e incluía varias complicaciones: una repetición de minutos, las fases de la luna y un termómetro. Además, lucía un brazalete de pelo e hilos de oro trenzados, que permitía llevarlo ceñido a la muñeca.

Editor: Eduardo Castañeda H.