Los coloridos reguladores de Chronoswiss

La renovada imagen comercial de la Chronoswiss se acompaña de varias novedades que muestran el joven legado de la maison de Lucerna y su dirección hacia el futuro.

CHRONOSWISS

Hace unas pocas semanas, Chronoswiss, la firma avecindada en Lucerna que es sinónimo de los relojes de estilo regulador, presentó la renovación de su imagen que, en buena medida, queda definida por su nuevo lema: “Modern Mechanics”. Este mensaje se acompaña de varios lanzamientos relojeros que manifiestan las fortalezas, valores y dirección de la marca que encabeza Oliver Ebstein.

Si bien estos nos son los únicos lanzamientos de este año —vendrán sorpresas muy interesantes en el muy corto plazo—, creíamos que sería una buena idea agregar contexto a estos relojes y a la comunicación de la marca. Para ello, conversamos con Max Grotto, director comercial de Chronoswiss. Grotto se integró a la casa el año pasado y ha sido un pilar en la evolución y crecimiento de la misma. “Cuando llegué a Chronoswiss me encantó la pasión que encontré, desde los diseñadores hasta los relojeros —nos comenta—. Es la pasión por el trabajo, por cómo lo hacen y qué resultados conlleva”.

Los nuevos relojes que aquí destacamos son de tipo regulador, de carátulas independientes. Este concepto se origina en los relojes reguladores que se encontraban en los observatorios y talleres relojeros del siglo XIX y que servían para poner a la hora los relojes de bolsillo y cronómetros marinos. Sobre este gran atributo de Chronoswiss, Max Grotto nos recuerda: “80 o 90 por ciento de los relojes son reguladores. Fuimos los primeros en desarrollar esta idea de los relojes reguladores de pulsera, en 1988. Desde entonces, el reloj regulador siempre se ha asociado a Chronoswiss […] es algo diferente; desde luego que no es una enorme complicación, pero es una función ‘más aterrizada’, algo real que todos pueden apreciar y entender”.

 Chronoswiss Flying Regulator Open Gear

La primera novedad de este recuento es el Chronoswiss Flying Regulator Open Gear, que destaca por su osada carátula acabada en guilloché, realizado con métodos tradicionales y terminada en color amarillo, que contrasta con los subdiales horario y segundero, así como con el anillo minutero en la periferia eón color negro. El diseño, parcialmente calado, permite apreciar algunos aspectos más técnicos del movimiento. La carátula es simultáneamente su tablero modular, en el que se montan los puentes de rueda de tren de los engranajes esqueletizados.

El diseño lo enmarca la opulenta caja de acero de 41 mm, donde destaca el bisel convexo y las asas de impecable pulido y el satinado vertical en los costados de la carrura. Naturalmente, como ocurre en todo Chronoswiss, una gran corona de cebolla remata el concepto. El Flying Regulator Open Gear amarillo (hay otros colores, en ediciones no limitadas) lleva el calibre automático C.299 y está limitado a 35 piezas y es uno de los relojes de emisión restringida que encabeza la gama de reguladores de Chronoswiss.

Flying Grand Regulator Open Gear Resec

El empleo de nuevas cromáticas y diseños de las carátulas es ya una innegable piedra angular de Chronoswiss y de sus relojes de edición limitada. Por momentos sorprende que un diseño tan pragmático también se haya convertido en un lienzo de propuestas más artísticas y coloridas, como en el Open Gear amarillo o el Re-Sec azul. “La Chronoswiss ‘tradicional’ es muy diferente de la Chronoswiss de hoy. En los últimos dos o tres años, las colecciones cambiaron drásticamente, con la adición de colores y con lo que llamamos ‘diseño progresivo’ —relata Grotto—. Esto se manifiesta en la construcción del reloj mismo, como se ven en las carátulas tridimensionales que son muy técnicas y exigen de un ‘saber hacer’ particular y de una mano artística. Quisimos ser algo más desenfadados y juguetones, pero sin perder elegancia”.

Nuevo ejemplo de ello es el impactante Flying Grand Regulator Open Gear Resec, una serie limitada a 50 piezas que combina una construcción tridimensional de la carátula con los patrones orgánicos de un guilloché manual. Por primera vez en la historia de la casa se presenta un regulador en una caja de 44 mm con un movimiento automático (C. 301 de 42 horas de reserva). El Resec en acero con acabado azul eléctrico CVD está limitado a 50 ejemplares.

El empleo de nuevos terminados, más audaces, coloridos y modernos, es uno de los mensajes más contundentes que porta la nueva generación de reguladores de Chronoswiss. Sobre esto, Max Grotto comparte: “En las últimas semanas lanzamos nuestro nuevo sitio en Internet, con nuestro nuevo lema, ‘Modern Mechanical’, y es exactamente los que queremos demostrar: la fusión entre la tradición de los relojes mecánicos y un estilo moderno y progresivo. ¡Pero juntar estos dos conceptos no es del todo fácil! La idea puede parecer sencilla, pero existe el riesgo de crear relojes toscos, nada elegantes. Así que mantuvimos los elementos clave de Chronoswiss en los relojes. Si observas un reloj de hace 30-35 años y lo comparas con uno nuevo, encontradas elementos comunes muy claros: la corona de cebolla, el estriado de tipo moneda en el canto de la caja… si quitas el nombre a dos relojes de épocas distintas y los comparas, la gente lo reconocerá de inmediato como un Chronoswiss”.

Regulator Classic Blue Steel

Naturalmente, los trazos clásicos que han definido a Chronoswiss desde hace 35 años nunca dejarán de estar presentes en sus reguladores más conservadores. Prueba de ello es el Regulator Classic Blue Steel, donde a la propuesta azulada de la caja de acero de 41 mm, le acompaña la carátula más tradicional de la gama Classic, con subdiales sectorizados y tipografía romana. La modernidad se la concede el color azul, presentado en diferentes matices celestes que colorean diversas texturas en todo el disco, así como la correa de piel de lagarto de Louisiana. Este regulador emplea el clasiquísimo calibre automático C. 295, el caballo de batalla de Chronoswiss.

Así como los modelos limitados, los relojes más clásicos de Chronoswiss tienen la importante responsabilidad de confirmar a los coleccionistas que no se trata solo del diseño del reloj, sino de cómo fue concebido y cómo fue construido. La artesanía de la relojería de la casa es uno de los vectores que debe manifestarse siempre en todos sus relojes.

“Es muy importante que mostremos de dónde venimos. Si no fuera así, nadie creería en nosotros y en la compañía. Con cada uno de nuestros relojes, mostramos dónde comenzamos, lo que hacemos hoy y cómo hemos evolucionado”, comenta nuestro nuevo amigo Max Grotto.

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