Una nueva generación de Mercedes-Benz GLA

La segunda generación del Mercedes-Benz GLA combina estilo y pragmatismo, con la responsabilidad de honrar correctamente el legado la casa de Stuttgart.

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En el vasto y aparentemente interminable universo de los automóviles compactos premium, la lucha por el liderazgo es cruenta, encarnizada, casi despiadada. En la última década, esta categoría de vehículos ha dejado de ser un mero requisito mercadológico de las marcas para convertirse en una piedra angular estratégica con miras al aumento de volúmenes de venta (obviamente) y también del mejoramiento de la percepción y valor de marca.

Todo el mundo sabe qué es un Mercedes-Benz y qué significa ese connotado nombre: desde su gran protagonismo indiscutible dentro de la historia del automóvil hasta la redefinición de los parámetros de lujo, tecnología, exclusividad y desempeño. Un Mercedes-Benz siempre se encontrará, junto con sus rivales germanos, en los más altos escalones del reconocimiento y adoración del mundo motor. Esta aseveración es aún más contundente cuando hablamos de los grandes autos en la historia de la casa, particularmente de los sedanes o berlinas grandes, como las Clases E y S, así como de las grandes camionetas y crossover familiares —en particular, los GLE y GLS— que se encargaron de arrebatar y hacer suyos estos valores de lujo y confort de una manera más osada pero versátil, respondiendo a las nuevas exigencias del mercado en los últimos 20 años.

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Debajo de ellos, comenzando con la Clase C y luego descendiendo a través de las clases A, B y sus derivaciones, los automóviles «menores» (léase: más pequeños) de la marca «aprendieron» a jugar al mismo nivel que sus hermanos mayores, a grado tal que la diseminación de los valores de marca y atributos tangibles e intangible —de la mano de la evolución del mercado— propició el replanteamiento de los segmentos automotores y el desarrollo mismo de los coches pequeños.

Este papel de «portal de acceso» a los valores e historia de una marca como Mercedes-Benz hace mucho que dejó de ser solamente responsabilidad de coches como el bien querido Clase C, para pasar a ser la misión de los modelos A, CLA y ahora el GLA. Mientras que el A y el CLA desempeñan un rol más convencional, el GLA trasciende, sumando a su propósito de «Mercedes pequeño«» un rol como el crossover —o vehículo recreativo/familiar en lo general— más pequeño de la firma. Portar esa «G» (proveniente de Geländewagen, vehículo todoterreno en alemán, que identifica a la titánica e imparable Clase G) en el nombre «GLA» implica una gran responsabilidad para Mercedes, más en estos tiempos cuando la gente tiende a preferir este tipo de automóviles. Dicho esto, parece que la nueva generación del GLA está deseosa de mostrar sus cualidades como un correctísimo ejemplo del aspecto de lujo que presentan los autos compactos de categoría premium.

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Entremos en materia: la segunda generación del GLA emplea la plataforma MFA2 y la comparte junto con sus hermanos A y CLA, así como con sus primos B y GLB. Con respecto al modelo previo, el GLA es más corto y alto, pero ofrece una mayor distancia entre ejes. Los cambios en tamaño y distribución de componentes beneficiaron la comodidad interior y mejoraron especialmente el puesto del conductor, ahora más elevado y con mejor visibilidad que en el GLA previo. Empero, a pesar de las formas y proporciones, para Mercedes fue importante que el GLA se comportara dinámicamente como un auto, y no tanto como una camioneta pequeña.

En México, el GLA se presenta en la versión GLA 200 Progressive. Con 221 hp y 258 lb-ft de par, el Mercedes-Benz GLA 2021 ofrece el potencial de contar con un manejo brioso e iluminado. El motor turbocargado M282 DE14 LA es un cuatro cilindros de 1.3 litros que genera 163 hp y 184 lb-ft (250 Nm) de torque, suficientes para conceder una relativa alegría al andar de este minicrossover de 4.43 metros de largo. Esta planta de poder fue producto de una colaboración con Nissan y Mitsubishi y ofrece también un sistema de desac- tivación de cilindros para mejorar el gasto de gasolina. De acuerdo con la marca, el rendimiento de combustible esperado es de casi 17 km/l en el ciclo combinado, lo que es otra estrella en favor de este mini «Merc».

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La caja automática de doble embrague y siete relaciones se encargará de mantener el ritmo correcto de acuerdo con el régimen de marcha para extraer lo mejor de la diminuta mecánica sobrealimentada. Aunado al tamaño y peso del vehículo, es razonable anticipar que el comportamiento y reacciones del GLA 200 se ubican del lado «vivaz», un atributo que, de vez en cuando, podrá sorprender y gratificar a los conducto- res de este mini familiar germano. Sin duda, los programas de conducción del sistema Dynamic Select apoyarán al conductor ante diferentes situaciones y circunstancias del camino.

Como es ya la norma, el sistema de infoentretenimiento MBUX llamará inmediatamente la atención de propios y extraños. Con dos pantallas de 12.3 pulgadas, el habitáculo presenta un aspecto moderno y sofisticado, y da una gran primera impresión, equivalente a la que despiden los hermanos mayores que portan una letra G en su anagrama.

El espacio general es apropiado para cuatro ocupantes que se verán envueltos en un ambiente moderno y bien presentado, acorde con las expectativas de tamaño y del segmento. Con esto queremos decir que el grado de terminados es correcto, mas no el que nos recibe en autos y crossovers Mercedes de tamaños superiores. La presentación interior de la GLA, así como su diseño y desempeño en lo general, privilegia la modernidad estética y funcional más que el lujo puro, cualidades bien apreciadas por las nuevas generaciones de compradores. En esta época, y con ejemplos como el GLA y sus parientes, la pregunta «¿Prefieres un coche grande con equipamiento medio o uno pequeño muy lujoso, moderno y completo?» nunca fue más fácil de contestar.

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