Ser un laboratorio de ideas es una de las premisas que guían la labor de Officine Panerai. Prueba de ello es uno de sus más recientes lanzamientos, un reloj péndulo basado en un boceto de Galileo Galilei.
Entre las contribuciones del físico y astrónomo italiano, figura el descubrimiento del isocronismo de las pequeñas oscilaciones. Esta ley surge de la comprobación de que el período del péndulo simple es independiente de la masa de la partícula que cuelga del hilo y de la amplitud de las oscilaciones, siempre y cuando estas últimas sean lo suficientemente pequeñas.
Esta propiedad representó un parteaguas en la relojería al reducir el error de varios minutos al día de los guardatiempos a tan solo unos segundos. Para demostrarla, Galileo diseñó un reloj de péndulo con una rueda de escape, reconocida como el primer escape libre de la historia.
Pero no pudo concretar su proyecto porque, hacia mediados del 1600, ya estaba casi ciego. Poco después murió, y la tarea quedó en manos de su hijo, quien unos años más tarde, llegó a encargar a un herrero la construcción del reloj. El modelo, incompleto pero probablemente operativo, quedó en el olvido hasta que en 1659, Vincenzo Viviani, biógrafo de Galileo, recuperó la máquina y se la llevó al príncipe Leopoldo de Medici, acompañada de un dibujo, que es lo único que ha sobrevivido.
Modelo fiel
En 1887, el relojero florentino Eustachio Porcellotti construyó un péndulo basado en el dibujo original, que no recogía ni el sistema de cuerda ni la esfera. Por ello, añadió al modelo un barrilete con el muelle principal y una esfera con números romanos y completó el instrumento con la indicación de horas y minutos.
Así llegamos al flamante lanzamiento de Officine Panerai, que interpreta con fidelidad el trabajo de Porcellotti. El reloj de péndulo de la marca suizo-italiana tiene una altura de 35.6 cm, y un ancho de 18.5 cm, que son las medidas del boceto de Galileo.
La estructura está formada por dos placas de latón unidas por travesaños. Entre la base y la carátula se encuentra el barrilete, cuyo tambor aloja un muelle que mueve el reloj durante ocho días. La pieza fundamental es el péndulo de regulación y el escape concebidos por Galileo.
Este consiste en una rueda de escape con tres palancas: la de la izquierda, es la de tope, mientras que las dos de la derecha son las de liberación e impulso. Mientras la rueda está en la fase de parada, el péndulo no mantiene con ella ningún contacto y, por ende, el dispositivo se llama de “escape libre”.
Siempre horizontal
En cuanto péndulo, éste consiste en una varilla que termina en un peso ovoide con un tornillo que ajusta el período de oscilación. En el travesaño inferior hay un hueco para guardar la llave que da cuerda a la máquina.
El reloj está montado en una base de caoba. Debajo, hay un nivel de burbuja, un componente vital, ya que la máquina debe estar completamente horizontal para funcionar correctamente. La base se nivela girando las cuatro patas ajustables de la base de madera.
El reloj se completa con una urna de cristal provista de un marco de aluminio con una puerta frontal para dar cuerda al reloj y mover las agujas.
