Cartier: Tank Française, la gran evolución

Pierre Rainero, guardián del legado histórico de Cartier, revela en entrevista los antecedentes y secretos detrás del Tank Française y su diseño integrado.

Tank Française Cartier

El Tank Française original fue dado a conocer en 1996 y representó la gran modernización del Tank de Cartier, reforzando su imagen clásica, depurada y elegante a través de su diseño integrado de caja y brazalete en metal.

Hasta entonces, a lo largo de su historia, nacida en 1917, el Tank había sufrido pocas transformaciones, la mayoría de las cuales ocurrieron en la década de 1930 con la aparición de nuevas e innovadoras formas de caja. Pero no fue sino hasta 1996 cuando llegó otra gran evolución del Tank, depurando y actualizando sus formas y proporciones para incorporar un brazalete metálico de diseño integrado.

En el «tanque francés», caja y brazalete se funden en una perfecta continuidad arquitectónica, anclada por la unión entre el claustro metálico con sus barras laterales elongadas (brancards) a las que se adapta el eslabón articulado que soporta el brazalete metálico.

Este 2023, el Tank Française es el protagonista de la temporada, al darse a conocer siete nuevas referencias en oro amarillo y acero que lo ponen al día con su diseño depurado y elegante.

Tank Française Cartier
Tank Française Cartier

Con respecto al reloj original de 1996, el nuevo Tank Française presenta varios cambios notables: los brancards presentan una forma más redondeada, casi abombada; en el costado derecho, la corona se ha incrustado ligeramente para reducir la discontinuidad del perfil del reloj; como siempre ha ocurrido, los acabados combinan superficies pulidas y satinadas, pero para el nuevo Tank Française estas últimas son ligeramente más abundantes; la carátula plateada en todas las referencias presume de un acabado tipo rayos de sol; el brazalete fue rediseñado para hacerlo más flexible, con comisuras más finas; y el Tank Française en tamaño grande —disponible sólo en acero— porta un calibre automático.

Llegar a esta nueva evolución implicó poner mucha atención a la historia del Française y del Tank, en general. 

El guardián del legado histórico de Cartier, nuestro amigo Pierre Rainero —director de legado y patrimonio de la maison— nos relata en exclusiva las circunstancias que vieron el nacimiento del Tank Française en 1996.

Tank Française Cartier

Por favor, háblenos del momento y circunstancia en torno al nacimiento del Tank Française, allá por 1996.

Primeramente, debemos enfatizar esto: hasta el nacimiento del Tank Française, no existió ningún Tank con una forma integral que se adaptara a la muñeca.

Todos los brazaletes metálicos que se usaron en diversos modelos de Tank —como el Louis Cartier, el Normale u otros— eran brazaletes convencionales adaptados a los diferentes relojes. Nunca antes existió uno con un brazalete específico. Así que el Française fue el primero en hacerlo. Y recuerdo que entonces los dos únicos ejemplos que teníamos [con brazalete dedicado] eran el Santos, nacido en 1978, y el Panthère, de 1983.

Así que hubo una suerte de osadía en la decisión de crear un Tank con brazalete específico; de estudiar y desarrollar un reloj Tank con brazalete integrado con la caja (o vice versa). Ese fue el reto. Recuerdo perfectamente que teníamos muy claro que, en caso de no estar satisfechos con los resultados, abandonaríamos la idea del todo. ¿Sabes? Tenía que ser perfecto, sin dudas, del gusto de todos, congruente con el legado del Tank. Era esencial, dada nuestra historia del diseño Cartier.

Por supuesto que hubo muchas ideas y ejecuciones antes de la solución final. Fue normal. Mira que la forma curvada de la caja del Tank era inédita; en verdad se trató de un nuevo diseño para el Tank, algo que no había ocurrido en generaciones.

La caja y el brazalete se diseñaron en paralelo. Fue interesante trabajar así. No era llegar al diseño de la caja y luego pensar en el brazalete. Todo se hizo junto, al mismo tiempo. La caja tenía que ser un nuevo Tank al que se integrara una brazalete exclusivo. Aquel nuevo diseño tenía que estar en perfecto equilibrio en términos de proporciones, volumen. Así llegamos a la forma del brazalete, su conjunción con la caja y el terminado con las superficies mates y pulidas.

Recuerdo que, internamente, se trató de una revolución. Al tratarse de un reloj nuevo, la mentalidad fue semejante a la que precedió el nacimiento del Santos y su brazalete. Aquella, como la del Tank, se trató de un cambio enriquecedor en la cultura de Cartier.

Tank Française Cartier

Me parece curiosa la mentalidad de no continuar con el proyecto de un nuevo Tank si Cartier no estaba 100% satisfecho con el Tank.

Sí, pero ¿sabes? No había prisa ni emergencia. Cuando trabajas en Cartier en el ámbito creativo, hay una enorme responsabilidad. Como ha ocurrido en nuestra historia, cada «ladrillo» estará sujeto a un escrutinio eterno. Así que Tank Française es importante porque tenía que ser relevante y enriquecer el patrimonio de la horología de formas de Cartier. Tank Française es una adición perfecta al patrimonio de las «formas de Cartier».

Imagino que hubo muchos retos y descubrimientos en el camino que condujo al diseño definitivo del Tank Française.

Así es. La lección que aprendí en aquella ocasión [durante el desarrollo del reloj] fue la noción de equilibrio. Para lograr la percepción de un objeto de formas y componentes integrados —de una dualidad armónica entre caja y brazalete—, la caja no podía ser demasiado ancha, pero al mismo tiempo debía mantener la familiaridad de Tank y ser reconocible a golpe de vista como tal. Hubo que definir una caja que se fundiera suavemente con el brazalete.

¿Hubo algún tipo de lineamiento o condición para el tamaño y las proporciones del nuevo reloj, para no violentar la tradición del Tank?

Mira que no. No tuvimos restricciones en materia de proporciones. Teníamos que proponer varios tamaños para nuestra clientela; no hablamos de hacer un sólo modelo, y eso facilitó la experimentación. Porque ocurre esto: que un tamaño o talla funcione, no significa que escalarlo hacia arriba o hacia abajo funcione exactamente igual en muñecas más grandes o pequeñas. Por eso, el tamaño y diseño de cada reloj es diferente. No mucha gente nota esto. Cada tamaño tiene que funcionar específicamente para su lucimiento en una muñeca. Fue un gran reto que aplica para todos nuestros relojes. Las diferencias en las proporciones son sutiles, pero allí están, como los ángulos de los costados, las articulaciones con la caja. En todo momento, tiene que apreciarse una sensación de fuerza, de solidez. Siempre vas a querer sentir cuando vistes un objeto bello en la muñeca, pero no quieres percibir pesadez o incomodidad. Ese equilibrio siempre fue un objetivo en la creación del Tank Française y por eso la armonía física y estética se dio natural y satisfactoriamente.

Tank Française Cartier

¿Qué me dice del muy especial factor de reconocimiento del Tank Française? Se parece mucho a otros Tank, pero hay cierto grado de satisfacción cuando se reconocen las sutilezas del Française, ¿no cree?

Lo normal es que la gente note las diferencias en una comparación directa, lado a lado. Pero sí: hay gente que sabe identificarlo a golpe de vista. Y eso es un éxito especial, pues la intención no fue crear algo demasiado diferente. Los detalles pequeños ahí están, pero el conjunto que representa el Tank Française suele ser identificado por ojos con un elevado grado de cultura relojera. Y eso es interesante cuando ves que se trata de una gama de creación reciente.

¿Cómo podemos apreciar el nexo estético e histórico entre el reloj de 1996 y el nuevo?

Creo que hay una palabra que lo resume: legado. Un legado fuerte entre el primero y el nuevo.

¿Es posible definir el rol que desde 1996 juega el Tank Française dentro de la gama completa de Tank de Cartier? ¿Debe cumplir un cometido específico?

Es una cuestión de equilibrio que se explica fácilmente: la mayoría de los Tank se ofrecen con correa de piel. Con el Française, quisimos darnos la oportunidad de ampliar con lógica la oferta. Sabemos que hay muchos clientes que no suelen usar bandas de materiales suaves y que prefieren un brazalete metálico. Así que fue una especie de «deber», proponer un Tank con un brazalete en un diseño rico, inspirado. Y así como el Santos se ofreció con correa y brazalete, el Tank enfrentó el reto y lo satisfizo con el Française.

Y como colofón, con el Tank Française redondeamos la oferta de relojes con brazalete en nuestra relojería, después de Santos, Panthère y Pasha. Hay de todo para todos.

Tank Française Cartier