Cartier Baignoire: delicadeza sin par

Cartier regresa a una obra relojera llena de historia de belleza simple y eficaz. En la versión de 2023, el bisel del Baignoire es aún más grande, en línea con la tendencia de los trazos metálicos dorados gruesos, en joyería.

Jacob Sutton © Cartier

Para los que dan prioridad al estilo sobre la mecánica de un reloj, les presentamos una opción llena de belleza, legado y riqueza: el nuevo Cartier Bagnoire.

Este 2023, Baignoire regresa con un encanto difícil de explicar. Su simpleza de formas combina delicadeza y funcionalidad, en tanto que sus proporciones trascienden cualquier denominación de género. Definitivamente, Bagnoire es para quien se adapte a él y lo sepa apreciar.

No muchos lo saben, pero el reloj que puede considerarse el antecesor del Bagnoire se trata de uno de los primeros relojes de pulso de Cartier, creado poco después del Santos y del Tortue, pero antes del Tank. Aquella pieza, surgida en 1912,  era un reloj rectangular con extremos redondeados. A lo largo de su vida, el “pre-Bagnoire” no acusó grandes cambios hasta que en 1958 apareció un reloj “ovalado curvo”, cuya caja de fondo cóncavo se adaptaba a la forma de la muñeca. Ese reloj irrumpió con su sensible trazo oval y se convirtió en un genuino éxito, pues se convirtió en un icono de sutileza, elegancia y exquisitez. En 1973, el reloj tomaría el nombre de Bagnoire.

Ese Bagnoire de hace 50 años estaba definido por su cristal abombado y su dial pequeñito decorado con los clásicos numerales romanos de Cartier. Muy especialmente, su pulso o brazalete ya mostraba su impecable forma de banda lisa y pulida, hecha en oro. A partir de entonces, el reloj ha aparecido en diversas ocasiones y en diversas variantes, pero sin perder su carácter esencial. En serio que en una era donde los accesorios en las muñecas —relojes incluidos— son cotidianos, variados y familiares, una creación como Bagnoire es refrescante y atractiva para cualquiera.

Jacob Sutton © Cartier

En la versión de 2023, el bisel es aún más grande, en línea con la tendencia de los trazos metálicos dorados gruesos en joyería. Para que parezca aún más una joya, Bagnoire se sujeta a un brazalete en lugar de a una pulsera de reloj tradicional, aunque también existe una versión con correa de piel negra, como le presentamos más adelante. Sin discusión, es el “Mini” el Bagnoire que define y representa el concepto pretendido por Cartier y por Anne-Laure Céréde, directora creativa de Cartier.

Cartier ha atinado a ejecutar el nuevo Bagnoire “Mini” en dos estilos. De acuerdo con la maison, el primero  celebra la elegancia y la pureza, simbolizando la idea “menos es más”. Es un reloj que reafirma la delicadeza de sus proporciones y el brillo del oro, en tanto contrasta con los colores de su correa de piel negra de acabado brillante.

Jacob Sutton © Cartier

Pero es el segunda presentación la que porta toda la carga legendaria de Cartier donde el oro, la legendaria creatividad de Jeanne Toussaint y el amor por la joyería se manifiestan con una intensidad galáctica. Bagnoire “Mini” es, de facto, una rica pulsera, un aro dorado que destella con los tonos de sus oros amarillo, rosa y blanco. La pulsera, continua y de diámetro ceñido y preciso, promete que Bagnoire se hará uno con quien lo porte en su muñeca. Y de paso, le dará la hora.

El Bagnoire minúsculo está motivado por un calibre de cuarzo. Sus dimensiones en números (24.6 mm de largo, 18.7 mm de ancho, 7.2 mm de grosor) no dicen mucho ni comienzan a describir cuán encantadora es la pieza. El mini Bagnoire está disponible en cinco impecables y perfectas referencias: oro amarillo de 18 quilates y oro rosa de 18 quilates (18K); oro blanco rodiado 18K, engastado con 552 diamantes de talla brillante en caja y pulsera; oro amarillo 18K con correa de piel de becerro charol negra; y oro blanco rodiado 18K con engaste de 160 diamantes de talla brillante en caja con correa de piel de becerro charol azul marino.

La otra variante de Bagnoire es la “pequeña” (31.4 mm de largo, 23.1 mm de ancho y 7 mm de grosor) y está disponible en siete ejecuciones: oro amarillo 18K con correa de piel de aligátor charol negra; oro amarillo 18K engastado con 42 diamantes de talla brillante con correa de piel de aligátor charol verde; oro rosa 18K engastada con 42 diamantes con correa de piel de aligátor charol rojo; oro amarillo 18K con brazalete articulado en oro; oro blanco 18K engastado con 227 diamantes y con brazalete articulado en oro; y finalmente está la modalidad en oro blanco 18K con brazalete en oro y arrebatadamente engastada por 227 diamantes de talla brillante en la caja y 798 piedras en el brazalete, para un total de 6.3 quilates. Por supuesto que también portan un calibre de cuarzo.

Jacob Sutton © Cartier

Anne-Laure Céréde, directora creativa de joyería y relojería de Cartier, habla sobre el Bagnoire “mini”: “Dado que Cartier es joyero antes que relojero, un reloj Cartier desdibuja las fronteras entre estos dos oficios fundadores y permite destacar lo mejor de ambos. Esta combinación ha resultado en el estilo elegante y sofisticado del mini Bagnoire. La combinación de una pulsera puramente artesanal y una carátula en miniatura liberada de cualquier atributo sublima esta referencia estética del patrimonio. El más pequeñito Bagnoire se convierte así en una joya”.

Cartier Bagnoire y Lou Doillon

Jacob Sutton © Cartier

La artista francesa Lou Doillon se ha unido a Cartier y a Bagnoire para reafirmar la ligereza conceptual y belleza del histórico reloj/joya. El carácter polifacético de la pieza queda de manifiesto cuando se conjuga con el poder y vitalidad de la cantante, intérprete, actriz y modelo francesa. Con motivo del lanzamiento de Bagnoire en 2023, Doillon comenta: “Cartier lleva mucho tiempo conmigo y con mi familia celebrando el amor y las ocasiones especiales. Cuando cumplí dieciocho años, mi madre me regaló un reloj Bagnoire. Para mí, Cartier es sinónimo de la elegancia y la sofisticación del zafiro, la sobriedad de la carátula y la temporalidad de las formas”.