Centrado en los 50 años de la “Edad de Oro” de la relojería del siglo XX (que Jaeger-LeCoultre define como el periodo comprendido entre los años 20 y los 70), el programa Collectibles tiene como objetivo revitalizar los relojes de época de este periodo, restaurándolos por completo a un nivel que sólo puede describirse como “nuevo y sin usar”.
Es realmente alucinante ver las piezas en juego aquí. Para esta colección cápsula, contamos con 11 relojes, devueltos a su esplendor original por el talentoso equipo de 10 restauradores de Jaeger-LeCoultre.
Como alguien que pasó años encorvado sobre un banco, aprendiendo el arte de la micromecánica, tan gratificante como mortificante, debo decir que estoy asombrado de la destreza exhibida. Los restauradores tienen acceso ilimitado a los archivos de la marca y, por tanto, pueden consultar los planos técnicos originales de los componentes en cuestión. Sorprendentemente, dado que algunas de estas piezas tienen cerca de 100 años, en ocasiones se dispone de piezas de repuesto originales NOS (New Old Stock). Y, en los casos en que no quedan piezas de este tipo en stock, se han conservado las herramientas de estampación originales para poder fabricar un repuesto y darle el acabado adecuado in situ.
Gracias a la integración vertical de JLC, todo este trabajo puede realizarse internamente. Los resultados son realmente notables y un testimonio del talento que la marca ha acumulado diligentemente.
Lo más importante
El lanzamiento de la segunda colección cápsula de Collectibles coincide con el 190 aniversario de la manufactura y es la manera perfecta de rendir homenaje a todo lo que ha pasado antes. Aunque ninguna de las piezas actualmente disponibles data del primer año de existencia de la marca en 1833, una de ellas (un divino modelo femenino Duoplan) se creó por primera vez en la década de 1920, y un Reverso, con una deliciosa carátula de color rojo intenso, salió de la línea de producción en 1933.
Digo primera creación porque estas piezas son auténticos renacimientos. Su restauración es inequívocamente impresionante, pero, naturalmente, plantea algunas cuestiones filosóficas. Para algunos, la renovación total y sin restricciones de un reloj histórico es una parodia; para otros, es trascendental.
Yo pertenezco a este último bando, ya que nunca he entendido los innumerables males que excusa la palabra vintage cuando el término “viejo” (o incluso “destartalado”) podría ser más apropiado. En este caso, Jaeger-LeCoultre ha tomado buenos ejemplos de una época ejemplar del diseño de su propia historia y los ha acariciado con cariño hasta devolverlos a la perfección.
Sinceramente, y lo digo de verdad, ver estas piezas en su estado revivido es una experiencia casi espiritual para mí como relojero (y ávido fan, tanto del diseño antiguo como de los nuevos productos). Y, quizás lo mejor de todo, esto no es el final de este extraño y maravilloso experimento: el programa Collectibles tiene la intención de lanzar una “selección en continua evolución de reloj
Los Ángeles ya se ha divertido con la presentación de esta colección en días pasados. ¿Cuál será el próximo destino de este roadshow? Por mi parte, estaré atento a las noticias sobre este asunto, así que puede que yo mismo visite el evento.
Cada una de las piezas disponibles se entregará con una nueva correa de piel de becerro, extractos de los archivos pertinentes y un ejemplar del libro The Collectibles, que ha sido escrito para proporcionar información sobre los 17 modelos históricos seleccionados por su importancia tanto para la historia de Jaeger-LeCoultre, como para la de la industria relojera en general. Cada modelo ofrecido en el programa Collectibles será uno de los 17 que aparecen en el libro. Si están disponibles, se incluirán también la caja y/o los papeles originales.
Además de las primeras piezas, que he mencionado anteriormente (el Duoplan y el Reverso), esta colección de 11 piezas incluye el Futurematic (el primer reloj totalmente automático del mundo, sin corona convencional), y una selección de relojes automáticos de alarma de finales de los años cincuenta. Estas piezas (de las que hay cinco en la segunda colección cápsula) forman parte de la legendaria familia Memovox y están impulsadas por el Calibre 815 (tres de las cinco), o el Calibre 825 (que tiene un indicador de fecha a las 3).
En mi opinión
Qué oportuno… Tras el escándalo de la subasta del Omega Speedmaster Phillips, que puso patas arriba todo el coleccionismo de relojes vintage, nos llega esto, un intento aparentemente transparente de renovar por completo los clásicos de una marca sin la pretensión de que al final se conserven todas o ninguna de las piezas originales. Es refrescante.
En realidad, es muy probable que muchos de los componentes de los relojes elegidos (presumiblemente por su estado relativamente saludable) se puedan salvar. Pero, si no lo son, ¿a quién le importa? Jaeger-LeCoultre los fabricó una vez y, vaya, ¡la marca los volverá a fabricar! Así es como trataría usted a su Reverso moderno cuando lo envía al servicio técnico. ¿Por qué no querría que volviera a su muñeca tan reluciente como el primer día que se lo puso?
Estos modelos se presentaron por primera vez el 16 de junio, en la boutique de JLC en Rodeo Drive. Además de las 11 piezas presentadas en esta ocasión, los visitantes encontrarán una exposición que recorre los 17 capítulos del libro The Collectibles, lo que nos dará una idea de los modelos que podremos ver en futuras colecciones cápsula de Collectibles.
