Texto original: Adrian Hailwood.
Los números no son esenciales para un dial: el tiempo puede estar indicado por marcadores de hora, una sola marca a las 12 o nada en absoluto, con sólo la posición relativa de las manecillas como guía. Sin embargo, dado que muchos relojes llevan números en su dial, profundicemos en su historia.
Números desde cero
Los primeros números provienen de los sumerios, ubicados en el Iraq moderno. Si bien sus símbolos, arcaicos o cuneiformes, no han sobrevivido para adornar nuestros diales, una parte importante de sus matemáticas sí, en forma de su sistema de números sexagesimal.
Basado en series de 60, la forma de conteo sumeria y luego babilónica es la razón por la que tenemos 60 segundos en un minuto, 60 minutos en una hora y 360 grados en un círculo.
Los romanos
La primera forma de números que se encontraron en los diales de un reloj es la romana, que data del siglo IX a. C. Hay dos teorías en cuanto a su origen, una es que son un desarrollo de las viejas marcas de conteo, la otra es que cuentan con los dedos, por lo tanto, se agrupan en 5. A pesar de la dificultad de usarlos para la aritmética, los números romanos se utilizaron ampliamente hasta el siglo XV. Al impartir cierto clasicismo a un dial, los números romanos siguen siendo una opción popular. Una rareza bien conocida con respecto a su uso en los diales es la forma del número 4, generalmente escrito como IV, pero que se puede encontrar comúnmente en los diables de reloj como IIII.
Hay varias razones para esto y no podemos estar seguros de cuál es la verdad, algunos dicen que IV era una abreviatura antigua para Jove o Júpiter y que los relojeros no querían poner al Dios más antiguo en el 4to lugar.
Una sugerencia más sensata es el equilibrio estético, comparando el 4 con el 8 directamente en el dial. El Big Ben de Londres tiene números romanos con trazos de igual peso y opta por el clásico IV (pero no se lo digas a Júpiter).
Orígenes indios
Los números arábigos son los más utilizados en todo el mundo, incluso en países que no usan un alfabeto convencional. Su éxito se debe en gran medida a las matemáticas decimales que apoyan, pero su origen no es islámico, sino hindú.
La fuente de estos números, los números de Brahmi, se remonta a alrededor del 300 a. C., pero estos no eran los números decimales y posicionales que ahora conocemos, esos no evolucionaron hasta el 400 d. C.
La invención del cero por Brahmagupta en 628AD fue un desarrollo fundamental en las matemáticas y le dio al sistema de números hindúes potencia y durabilidad.
El estilo y la formación de los números se desarrollaron en dos estilos distintos, los números arábigos que conocemos y usamos hoy, o los números arábigos occidentales y los que se usan en la escritura árabe moderna o números arábigos orientales.
La proximidad geográfica trajo el estilo occidental a la Europa medieval junto con las obras académicas que explicaban su uso, para mediados del siglo XVI habían reemplazado los números romanos en el uso común.
Los números arábigos orientales, o los números “hindi”, como se los conoce a veces, han regresado en los últimos años, ya que los relojeros se adaptan a los gustos específicos del mercado, en particular la referencia Rolex. M228206-0025 Day-date platino de 2016.
Su presencia en relojes anteriores es muy rara, aunque los marcadores en forma de galón que se encuentran en los relojes de bolsillo producidos para el mercado turco (otomano) son, de hecho, versiones altamente estilizadas de números arábigos orientales.
Quizás el estilo más utilizado de los números arábigos es, de hecho, el francés. Los números de Breguet adornan con ellos los diales de diversas marcas, desde Patek Philippe hasta Seiko y, por supuesto, los propios Breguet. Combinan un toque artístico con legibilidad de una manera que ha atraído a los diseñadores de marcadores durante más de 200 años.
Otros alfabetos
Hay más números en uso en todo el mundo que sólo el árabe y el romano, pero rara vez llegan a un dial de reloj. La razón es doble, la producción histórica de relojes se ha centrado en Europa occidental, donde estos dos lenguajes dominan, y cuando la relojería se extendió a otras regiones, los números arábigos habían sido adoptados para uso general a nivel local.
Los números cirílicos fueron abandonados en gran medida en la Rusia del siglo XVIII bajo las reformas de Pedro el Grande y, si bien los cirílicos se pueden encontrar en relojes más modernos de fabricación rusa, es mucho más probable que sean letras en lugar de números, deletreando un mensaje patriótico.
Los números arábigos llegaron tanto a China como a Japón antes de la relojería, aunque los diales de los relojes Bovet, una de las primeras marcas suizas en apuntar al mercado chino, generalmente presentaban números romanos.
Bovet fue uno de los pocos fabricantes que utilizó caracteres chinos como marcadores de hora, pero estos formaron una pequeña parte de su producción. En común con Rolex, varias marcas modernas han producido diales en lenguajes Hanzi y Kanji, para China y Japón. Estas tienden a ser ediciones limitadas para celebrar eventos culturales en lugar de piezas de producción regulares. Nomos produjo una versión Kanji de su Tangente para el Día Cultural de Japón, y tanto Bovet como Graham han lanzado modelos de marcación Hanzi.
Con ilimitadas posibilidades cuando se trata de marcadores de hora, es sorprendente que los números se usen con tanta frecuencia como son, pero los números están firmemente arraigados en nuestra psique cultural y en la elección del romano o árabe y la fuente en la que se representan es una de las formas más fáciles de expresar el carácter del reloj y sobre todo, permiten que el portador pueda expresar su carácter a través de él.
