Breguet: Classique 5345 & 7145 Año Nuevo Lunar 2024

Breguet rinde homenaje al emblemático año del dragón con la presentación de dos nuevos relojes fruto del ‘savoir-faire’ de la casa. En uno la mítica bestia da vueltas entre dos tourbillones y en el segundo, su representación es un aplique de hora que descansa sobre la carátula ‘grand feu’.

Símbolo de poder, valor, nobleza, tenacidad y éxito, el dragón está considerado en la cultura china como criatura sobrenatural con muchas virtudes… En su honor, Breguet ha puesto en práctica todas sus destrezas para crear dos relojes excepcionales.

El primero es el Classique Double Tourbillon Dragon 5345PT/1S/9XU 05, Edición especial, en el que un dragón da vueltas entre los dos tourbillones. Fijado sobre los dos puentes de barrilete, este dragón de oro está completamente grabado a mano. Sujeta con sus garras una perla de nácar. Cuenta la leyenda que esta perla posee la esenciasagrada que da su poder al dragón. También se dice que representa la sagacidad. La criatura simboliza al emperador que gobierna su imperio con sabiduría.

La platina giratoria de oro rodio presenta una decoración guilloché hecha a mano con un motivo de abanico. El puente de oro bajo la platina presenta un tratamiento galvánico antracita y un guilloché con motivo Clous de Paris. El lujo reside en los detalles: los números romanos y la minutería del círculo de las horas de zafiro primero se graban a láser y posteriormente se recubren con laca negra. El realce está grabado con 12 índices con números romanos, que luego se rellenan con laca negra  y representan la sombra de los números en el disco horario.

Además, Breguet ofrece a cada comprador un reloj único, puesto que la forma y el color del dragón se pueden personalizar a su gusto. También se puede elegir el color de los números romanos, las agujas y la correa a partir de una amplia gama de diseños de Breguet.

Este fascinante mecanismo cobra vida gracias al calibre 588N1 con 749 componentes, un movimiento de carga manual con una reserva de marcha de 60 horas y una frecuencia de 2.5 Hz. A través del fondo de cristal de zafiro, también puede admirarse el savoir-faire de Breguet en su máximo esplendor. La decoración alegórica con una mezcla de guilloché y grabado requirió una gran destreza por parte de los artesanos de la Manufactura.

Estos dos artes centenarios se perpetuan en la manufactura relojera, ubicada en el corazón del Vallée de Joux. El taller de guilloché cuenta con más de 30 tornos, algunos de los cuales son de hace varios siglos. Estas son las máquinas que hacen magia, guiadas por los expertos artesanos que crean diferentes tipos de motivos a mano.

Gracias a su larga experiencia, los grabadores que trabajan cerca utilizan diversas técnicas para crear los motivos variados que se encuentran en estos relojes. Con la excepción de los microscopios binoculares, las herramientas y técnicas son las mismas que hace siglos.

Como sabemos, para contrarrestar los efectos de la gravedad en la regularidad de los movimientos de los relojes, Abraham-Louis Breguet presentó al público el tourbillon el 26 de junio de 1801. Desde entonces, este invento relojero es una fuente inagotable de fascinación. Con el paso del tiempo, han surgido distintas variantes en las colecciones de la marca, que culminaron con el lanzamiento en 2006 del primer doble tourbillon: una interpretación única en la que dos tourbillones conectados a un diferencial forman parte integrante de la indicación de la hora. La platina central giratoria sobre la que están montados los dos tourbillones hace que gire la aguja de las horas. Esta se utiliza como puente superior para uno de los tourbillones y su extensión sirve como puente para el segundo. Aunque están unidos por un diferencial central que determina la media de marcha e impulsa la rotación de todo el mecanismo, los dos tourbillons son independientes, y cada uno realiza una vuelta por minuto mediante su propio tren de engranajes y barrilete.

En el segundo reloj alusivo al nuevo año lunar, el Classique Dragon 7145BR/25/9WU 05, la esfera roja carmesí, con diferentes tonos entre el disco horario y el centro, se elabora con una técnica poco utilizada en la actualidad: el esmalte Grand Feu. Esta habilidad milenaria requiere un gran virtuosismo para dominar la amplia paleta de colores y crear matices sutiles y elegantes. Para obtener esta textura, el artesano aplica una mezcla de sílice y óxidos en la esfera del reloj. A continuación, la esfera se cuece varias veces en un horno de altas temperaturas, donde el esmalte se calienta y se funde en contacto con el calor. Se trata de una operación muy delicada, durante la que la esfera podía romperse en cualquier momento.

El dragón que se erige orgulloso sobre la esfera es un aplique de oro rosa totalmente grabado a mano. La criatura fantástica, con sus aires majestuosos, vigila atentamente su perla, elaborada en nácar blanco natural. Los números romanos, la minutería y las nubes son de un color rosa empolvado dorado. El disco horario está marcado por 12 discretos índices redondos de oro. Por último, las emblemáticas agujas de punta abierta de Breguet indican la hora.

El calibre 502.3 late en el interior de una caja de oro rosa de 40 mm de diámetro, una de las más finas de Breguet con solo 2,40 mm de grosor. Los 162 componentes de este movimiento automático dotan al reloj de una reserva de marcha de 45 horas. Está equipado con una espiral y un áncora de silicio. El material tiene muchas propiedades: es resistente a la corrosión, al desgaste y a la influencia de los campos magnéticos, además de mejorar la precisión del reloj.

A través del fondo de cristal de zafiro, puede admirarse la masa oscilante de oro con una decoración guilloché hecha a mano con un motivo circular de grano de cebada.

De este reloj solo se harán ocho piezas numeradas.

Edición: Eduardo Castañeda H.