Vacheron Constantin y Rolls Royce: doble grandeza

Vacheron Constantin presenta un reloj único, creado especialmente para un cliente de la casa y de Rolls-Royce, diseñado para encajar en el tablero de un Amethyst Droptail. El reloj está alojado dentro de un elegante mecanismo de soporte totalmente integrado, aunque extraíble.

Ya a nadie sorprende que la relación entre los relojes y los autos sea un esencial pretexto para el disfrute y aprovechamiento de ambos mundos, que tantas cosas comparten: tecnología, precisión, afán por la perfección y, hay que decirlo, hasta el más terrenal sentido utilitario. Pero, de vez en cuando, también invitan a poner la mira en los niveles más altos de la creatividad, del arte y, sí, de la exclusividad a la que sólo unos pocos pueden aspirar. En respuesta a la petición de un cliente coleccionista, Vacheron Constantin creó un reloj único diseñado para encajar en el tablero (o salpicadero, si prefiere) de un muy especial Rolls Royce personalizado, hecho bajo encargo: un Amethyst Droptail acabado con tonos púrpuras por dentro y fuera.

Trabajando en estrecha colaboración con la casa británica en las especificaciones técnicas y los detalles estéticos de la pieza, Vacheron Constantin desarrolló el reloj Les Cabinotiers Armillary Tourbillon —edición única— para complementar a la perfección el conjunto interior del citado Rolls-Royce Amethyst Droptail. Diseñado para ser montado en el salpicadero del supercoupé, acabado en chapa de madera de poro abierto Calamander Light, el reloj está alojado dentro de un elegante mecanismo de soporte totalmente integrado, aunque extraíble. Así, el reloj de cuerda manual puede disfrutarse en el auto, en camino al country club.

Esta petición incluía algunos criterios específicos y exigentes. El reloj debía integrarse a la perfección en el interior del vehículo y reflejar sus códigos estéticos. Debía ser elegante y desmontable, pero también debía cumplir unas exigentes normas de ingeniería en cuanto a resistencia a los golpes y robustez. Las restricciones impuestas por el diseño del Rolls implicaron que el reloj y su alojamiento debieron adaptarse específicamente a él. El departamento Les Cabinotiers de Vacheron Constantin, especializado en la fabricación de relojes a medida según los deseos del cliente, se encargó de enfrentar el reto relojero, que llevó alrededor de un año para completarse. Fue así como las casas de Ginebra y Goodwood de lujo colaboraron estrechamente para garantizar una integración perfecta del reloj en el interior del Amethyst Droptail.

El reloj único de 43.8 mm y encajado en un claustro de acero incorpora el excepcional calibre 1990, un movimiento de cuerda manual que incorpora ciertos avances técnicos derivados de la Referencia 57260, el reloj más complicado del mundo presentado por la casa en 2015. En esta elección influyó notablemente la indicación bi-retrógrada con retorno instantáneo de las horas y los minutos. Esta función recuerda a los velocímetros de los automóviles con manecillas de barrido.

El calibre 1990 debutó originalmente en 2016 en un reloj de pulso. Mientras en el Rolls el reloj se muestra con la corona a las 12 y el tourbillon bi-axial a las 6, en el reloj original va girado 90 grados en el sentido horario, con la corona a las 3 y el regulador a las 9. El despliegue bi-retrógrado prevalece sin alteraciones. El fastuoso tourbillon es su otro gran rasgo técnico y de apariencia. De rotación en dos ejes, equipa una espiral esférica. Esta forma garantiza el desarrollo concéntrico del muelle y, por consiguiente, el isocronismo del volante. La jaula del tourbillon, fabricada en aleación ligera de aluminio, incorpora el emblema de la Cruz de Malta de Vacheron Constantin, que se forma cada 15 segundos al girar el tourbillon. En particular, el movimiento fue objeto de cuatro solicitudes de patente en relación con el sistema retrógrado instantáneo, la pinza de la espiral, el tourbillon de jaulas múltiples y la palanca de escape. La mecánica tiene una frecuencia de 2.5 hercios y una reserva de marcha de 58 horas. De acuerdo con Christian Selmoni, director de estilo y patrimonio de VC, el calibre 1990 fue la mejor solución técnica y de diseño para lograr un empate armonioso entre reloj, auto y el gusto del cliente.

La carátula de zafiro revela la belleza del calibre 1990, que incluye una platina con un revestimiento galvánico NAC de color malva con un acabado satinado circular, un tono original que combina con la peculiar tonalidad de los asientos de piel del auto. En el lado del dial, los puentes están afilados, biselados a mano y decorados.

El soporte de la piezas también se ha diseñado para poder extraerlo de su alojamiento en caso necesario y permitir girar el reloj 180° para ponerlo en hora, darle cuerda y admirar el reverso del calibre. El marco exterior ligeramente curvado de los soportes es de acero pulido, con un marco interior de acero biselado texturizado con láser con un revestimiento de PVD negro. El reloj base está fijado a una placa base de oro blanco, adornada con un motivo guilloché sol artesanal con una cruz de Malta aplicada. El soporte puede cubrirse con una tapa de acero, asegurada con un cierre en forma de cruz de Malta. Cuando el reloj y el soporte se extraen del salpicadero y se guardan en su caja, un soporte vacío idéntico ocupa su lugar.